Inicio:
ofrecemos esta Hora Santa y el rezo del Santo Rosario meditado en reparación
por la apertura de una clínica abortista en Nuevo México, Estados Unidos, a
cargo de la secta satánica “Templo Satánico”. Recordemos que para el satanismo
el aborto es un “ritual religioso”, en el que se ofrece sacrílegamente la vida
y la sangre del niño por nacer al Príncipe de las tinieblas, Satanás. Para
mayores detalles, consultar el siguiente enlace:
Canto
de entrada: “Postrado a vuestros pies humildemente”.
Inicio
del rezo del Santo Rosario. Primer Misterio (misterios a elección).
Meditación.
¿Qué
es la Eucaristía? Es, ante todo, el misterio sobrenatural más grandioso de la
Iglesia Católica, un misterio que deja pasmados de admiración a los ángeles más
poderosos y grandiosos del Cielo[1]. ¿Y qué más es la Eucaristía?
La Eucaristía es el Hijo de Dios encarnado, Presente en Persona en el Santísimo
Sacramento del altar, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. La Eucaristía es
algo más valioso que el Reino de los cielos en su totalidad, porque la
Eucaristía es el Rey del Reino de los cielos en Persona, Cristo Jesús.
Un
Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.
Segundo
Misterio.
Meditación.
Acerca
de la Eucaristía, afirma así un autor: “La Eucaristía es Jesús Amor. Por esa
razón, es el Sacramento del Amor, de todo el amor: contiene a Jesús, viviente y
verdadero, Quien es “Dios Amor” (Jn 4, 8) y Quien nos amó “hasta el
extremo” (Jn 13, 1)”[2] y nos continúa amando
desde el sagrario y continúa donándonos el Espíritu Santo, el Divino Amor, cada
vez que comulgamos en gracia y con piedad, amor y fervor. Por esta razón, no
hay nada más grande, ni en los cielos ni en la tierra, que la Sagrada Eucaristía.
Un
Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.
Tercer
Misterio.
Meditación.
Si
el Sagrado Corazón de Jesús arde en las llamas del Divino Amor, entonces, como
Él está en la Eucaristía en Persona, desde la Eucaristía nos comunica ese amor
que arde en su Sagrado Corazón. Así dice un autor: “Jesús Eucarístico es Amor
crucificado en el Santo Sacrificio de la Misa, en la cual se renueva su inmolación
por nosotros; es Amor que une en la Comunión sacramental y espiritual,
haciéndose “uno” con la persona que lo recibe”[3]. Por la Comunión sacramental,
Jesús Eucaristía nos une a Sí mediante el Espíritu Santo, el Divino Amor.
Un
Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.
Cuarto
Misterio.
Meditación.
Continúa
el mismo autor: “La Eucaristía es Amor contemplativo, en su encuentro con las
almas de los que desean “estar a sus pies”, como María de Betania (Lc
10, 39); es Amor que ora en su “incesante intercesión a nuestro favor” ante el
Padre (Hb 7, 25)”. Quien desee recibir el Amor del Padre, debe acudir
por lo tanto a la Eucaristía, porque por el Santísimo Sacramento del altar, el
Hijo nos comunica, desde su Sagrado Corazón Eucarístico, el Divino Amor, el
Espíritu Santo.
Un
Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.
Quinto
Misterio.
Meditación.
Por
último, la Eucaristía es “Amor que embriaga, en los gozos celestiales de la
unión esponsal con sus elegidos -los castos y las vírgenes, los que viven en
gracia, en la pureza de cuerpo y alma- a quienes Él tiene cerca de Sí con amor
exclusivo, del mismo modo con que tuvo a San Juan Evangelista, el apóstol
virgen, el único que “se recostó sobre el pecho de Jesús” en el Cenáculo (Jn
21, 20)”[4].
Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo.
Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman”
(tres veces).
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo
os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, de Nuestro Señor
Jesucristo, Presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los
ultrajes, sacrilegios e indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente
ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del
Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén”.
Canto final: “Plegaria a Nuestra Señora de los
Ángeles”.
Un Padrenuestro, tres Avemarías y un Gloria, pidiendo
por las intenciones del Santo Padre Francisco.
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