viernes, 17 de febrero de 2023

Hora Santa en reparación por clínica de abortos a cargo de la secta Templo Satánico en Nuevo México 170223

 



Inicio: ofrecemos esta Hora Santa y el rezo del Santo Rosario meditado en reparación por la apertura de una clínica abortista en Nuevo México, Estados Unidos, a cargo de la secta satánica “Templo Satánico”. Recordemos que para el satanismo el aborto es un “ritual religioso”, en el que se ofrece sacrílegamente la vida y la sangre del niño por nacer al Príncipe de las tinieblas, Satanás. Para mayores detalles, consultar el siguiente enlace:

https://fsspx.news/fr/news-events/news/le-temple-satanique-va-ouvrir-une-clinique-avortement-au-nouveau-mexique-80144

Canto de entrada: “Postrado a vuestros pies humildemente”.

Inicio del rezo del Santo Rosario. Primer Misterio (misterios a elección).

Meditación.

¿Qué es la Eucaristía? Es, ante todo, el misterio sobrenatural más grandioso de la Iglesia Católica, un misterio que deja pasmados de admiración a los ángeles más poderosos y grandiosos del Cielo[1]. ¿Y qué más es la Eucaristía? La Eucaristía es el Hijo de Dios encarnado, Presente en Persona en el Santísimo Sacramento del altar, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. La Eucaristía es algo más valioso que el Reino de los cielos en su totalidad, porque la Eucaristía es el Rey del Reino de los cielos en Persona, Cristo Jesús.

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Segundo Misterio.

Meditación.

Acerca de la Eucaristía, afirma así un autor: “La Eucaristía es Jesús Amor. Por esa razón, es el Sacramento del Amor, de todo el amor: contiene a Jesús, viviente y verdadero, Quien es “Dios Amor” (Jn 4, 8) y Quien nos amó “hasta el extremo” (Jn 13, 1)”[2] y nos continúa amando desde el sagrario y continúa donándonos el Espíritu Santo, el Divino Amor, cada vez que comulgamos en gracia y con piedad, amor y fervor. Por esta razón, no hay nada más grande, ni en los cielos ni en la tierra, que la Sagrada Eucaristía.

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Tercer Misterio.

Meditación.

Si el Sagrado Corazón de Jesús arde en las llamas del Divino Amor, entonces, como Él está en la Eucaristía en Persona, desde la Eucaristía nos comunica ese amor que arde en su Sagrado Corazón. Así dice un autor: “Jesús Eucarístico es Amor crucificado en el Santo Sacrificio de la Misa, en la cual se renueva su inmolación por nosotros; es Amor que une en la Comunión sacramental y espiritual, haciéndose “uno” con la persona que lo recibe”[3]. Por la Comunión sacramental, Jesús Eucaristía nos une a Sí mediante el Espíritu Santo, el Divino Amor.

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Cuarto Misterio.

Meditación.

Continúa el mismo autor: “La Eucaristía es Amor contemplativo, en su encuentro con las almas de los que desean “estar a sus pies”, como María de Betania (Lc 10, 39); es Amor que ora en su “incesante intercesión a nuestro favor” ante el Padre (Hb 7, 25)”. Quien desee recibir el Amor del Padre, debe acudir por lo tanto a la Eucaristía, porque por el Santísimo Sacramento del altar, el Hijo nos comunica, desde su Sagrado Corazón Eucarístico, el Divino Amor, el Espíritu Santo.

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Quinto Misterio.

Meditación.

Por último, la Eucaristía es “Amor que embriaga, en los gozos celestiales de la unión esponsal con sus elegidos -los castos y las vírgenes, los que viven en gracia, en la pureza de cuerpo y alma- a quienes Él tiene cerca de Sí con amor exclusivo, del mismo modo con que tuvo a San Juan Evangelista, el apóstol virgen, el único que “se recostó sobre el pecho de Jesús” en el Cenáculo (Jn 21, 20)”[4].

Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).

“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.

Canto final: “Plegaria a Nuestra Señora de los Ángeles”.

Un Padrenuestro, tres Avemarías y un Gloria, pidiendo por las intenciones del Santo Padre Francisco.

 

 



[1] Cfr. Stefano María Manelli, 6.

[2] Cfr. Manelli, ibidem.

[3] Cfr. Manelli, ibidem.

[4] Cfr. Manelli, ibidem.

No hay comentarios:

Publicar un comentario