Inicio: ofrecemos esta Hora Santa y el rezo del Santo
Rosario meditado en reparación por la blasfema adoración y honra pública a
Satanás por parte de la marca de ropa de moda “Balenciaga”. El Único que merece honra, gloria y adoración, es Nuestro Señor Jesucristo. Para mayor
información, consultar el siguiente enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=Yh_1K9s6UV0&t=876s
Canto
de entrada: “Cantemos al Amor de los amores”.
Inicio
del rezo del Santo Rosario. Primer Misterio (misterios a elección).
Meditación.
San Pío X, llamado “el Papa de la Eucaristía”, afirmaba
que “la devoción a la Eucaristía es la más noble, porque tiene a Dios como
objeto; es la más provechosa para la salvación, porque nos da al Autor de la
Gracia; es la más dulce, ya que dulce es el Señor”[1].
Un
Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.
Segundo
Misterio.
Meditación.
Aún quien vive en la tierra, si tiene devoción a la
Sagrada Eucaristía, tiene una devoción celestial, una devoción del Paraíso,
porque es la devoción que tienen la Virgen, los ángeles y los santos en el Cielo.
Santa Gema Galgani solía decir: “Imaginando una escuela en el Cielo, ahí lo
único que se tiene que aprender es a amar. La escuela está en el Cenáculo; el
Maestro es Jesús; las materias que se enseñan son su Cuerpo y su Sangre”[2].
Un
Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.
Tercer
Misterio.
Meditación.
La Santa
Madre Iglesia nos enseña que la Eucaristía es Amor, porque es el Sagrado Corazón
Eucarístico de Jesús en Persona, Corazón Santo que está envuelto en las llamas
del Divino Amor, el Espíritu Santo. Es por esto que también es llamada “Sacramento
del Amor”, de todo el amor, porque contiene al Hijo de Dios encarnado, Jesús de
Nazareth, Dios Tres veces Santo, Dios Viviente y Verdadero, Dios quien es “Dios
de Amor” (Jn 4, 8) y Quien nos amó “hasta el extremo” (Jn 13, 1)[3].
Un
Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.
Cuarto
Misterio.
Meditación.
En la
Eucaristía están contenidas, sin excepción, todas las expresiones del Amor, y
en grado infinito y perfectísimo: el Amor crucificado, el Amor que une, el Amor
que adora, el Amor que contempla, el Amor que ora, el Amor que embriaga[4]. Fuimos
creados por Dios, que “es Amor” y por lo tanto fuimos creados para amar. Entonces,
no hay nada más sublime, que nos permita cumplir y vivir el fin para el que
fuimos creados -amar a Dios, servirlo y adorarlo-, que la Sagrada Eucaristía.
Un
Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.
Quinto
Misterio.
Meditación.
Jesús
Eucaristía es Amor crucificado en el Santo Sacrificio de la Misa, en la cual se
renueva su inmolación por nosotros; es Amor que une en la Comunión sacramental
y espiritual, haciéndose “uno” con el alma que lo recibe; es Amor que adora en
el Santo Tabernáculo, en donde está presente como un holocausto de adoración al
Padre; es Amor contemplativo, en su encuentro con las almas de los que desean
estar “a sus pies”, como María de Betania (Lc 10, 39); es Amor que ora
en su “incesante intercesión a nuestro favor” ante el Padre (Hb 7, 25);
es Amor que embriaga, en los gozos celestiales de la unión esponsal con sus
elegidos -los castos y las vírgenes- a quienes Él tiene cerca de Sí con amor
exclusivo, del mismo modo con que tuvo a San Juan Evangelista, el apóstol
virgen, el único que “se recostó sobre el pecho de Jesús” en el Cenáculo (Jn
21, 20)[5].
Oración
final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido
perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres
veces).
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo
os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, de Nuestro Señor
Jesucristo, Presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los
ultrajes, sacrilegios e indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente
ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del
Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén”.
Canto final: “Plegaria a Nuestra Señora de los Ángeles”.
Un Padrenuestro, tres Avemarías y un Gloria, pidiendo
por las intenciones del Santo Padre Francisco.
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