Inicio:
ofrecemos esta Hora Santa y el rezo del Santo Rosario meditado en reparación
por el sacrilegio cometido contra el Cristo crucificado ubicado en un
cementerio en San Rafael, Argentina, al mismo tiempo que pedimos por la
conversión de quienes cometieron tan horrible acto.
Canto
de entrada: “Postrado a vuestros pies humildemente”.
Inicio
del rezo del Santo Rosario. Primer Misterio (misterios a elección).
Meditación.
La Sagrada Eucaristía, según el testimonio de los santos de
la Iglesia Católica, proporciona un provecho inimaginable, tanto para el alma, como
para el cuerpo y la razón es que quien la recibe, se alimenta de la substancia
misma del Ser divino trinitario, contenida en el Cuerpo, la Sangre, el Alma y
la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo.
Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.
Segundo
Misterio.
Meditación.
Los beneficios de la Eucaristía para el alma son los
siguientes, según San Cirilo de Jerusalén: “Si te hincha el veneno del orgullo,
recurre a la Eucaristía y el Pan, bajo cuya apariencia se ha aniquilado tu
Dios, te enseñará la humildad. Si arde en ti la fiebre de la avaricia, come de
este Pan y aprenderás generosidad”[1].
Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.
Tercer
Misterio.
Meditación.
Continúa San Cirilo de Jerusalén: “Si te entristece el
viento helado del egoísmo, recurre al Pan de los Ángeles, y en tu corazón brotará
lozana la caridad. Si te sientes empujado por la intemperancia, alimentándote
de la Carne y de la Sangre de Cristo, que tan excelentemente practicó la
sobriedad en su vida terrena y te harás temperante. Si sientes que te arde la
fiebre de la impureza, siéntate en el banquete de los Ángeles y la Carne
inmaculada de Cristo te hará puro y casto”[2].
Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.
Cuarto
Misterio.
Meditación.
La Eucaristía concede también beneficios al cuerpo, porque
Quien está en Persona en la Eucaristía, es el mismo que está Presente en
Persona en el Evangelio, Cristo Jesús y así como Jesús curaba enfermedades corporales
de todo tipo –“Salía de Él una virtud que curaba a todos” (Lc 8, 46)-,
así también lo sigue haciendo a través de la Eucaristía. Por eso podemos
preguntarnos: ¿cuántos sufrientes no han recibido con el Pan Eucarístico, la
salud de sus cuerpos? Es decir, si es voluntad de Dios, Jesús Eucaristía puede
curarnos en el cuerpo, porque de la Eucaristía “sale una virtud que cura a
todos”.
Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.
Quinto
Misterio.
Meditación.
La Comunión espiritual es la reserva de vida y amor
eucarístico siempre al alcance de la mano para los enamorados de Jesús
Eucaristía. Mediante la Comunión espiritual, se satisfacen los deseos de amor
del alma que quiere unirse a Jesús, su Amado Esposo. La Comunión espiritual es
la unión de amor entre el alma y Jesús Eucaristía. Es una unión espiritual,
pero real, más real que la unión misma que la unión entre el cuerpo y el alma, “porque
el alma vive más donde ama que donde vive”, dice San Juan de la Cruz[3].
Oración
final: “Dios
mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen,
ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo
os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, de Nuestro Señor
Jesucristo, Presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los
ultrajes, sacrilegios e indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente
ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del
Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén”.
Canto final: “Plegaria a Nuestra Señora de los
Ángeles”.
Un Padrenuestro, tres Avemarías y un Gloria, pidiendo
por las intenciones del Santo Padre Francisco.
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