Inicio:
ofrecemos esta Hora Santa y el rezo del Santo Rosario meditado en reparación
por el sacrilegio cometido por un sacerdote en la celebración de la Santa Misa,
al permitir “concelebrar”, inválida y sacrílegamente, a una mujer, en Puerto
Rico. Para mayor información, consultar el siguiente enlace:
Inicio del rezo del Santo Rosario. Primer Misterio
(Misterios a elección).
Meditación.
Cuando
el alma se encuentra en estado de gracia, adquiere facultades sobrenaturales,
puesto que participa de la vida misma de la Trinidad. Dentro de estas
facultades sobrenaturales, están la caridad, que es la participación en el Amor
Increado, en el Amor de Dios, que es el Espíritu Santo y así el alma ama no con
su amor creatural, el amor humano, sino con el Amor Divino, con el Amor con el
cual el Padre ama al Hijo y el Hijo al Padre, el Espíritu Santo[1].
Un Padre Nuestro, Diez Ave Marías, Un Gloria.
Segundo Misterio.
Meditación.
Otra
de las facultades sobrenaturales que el alma adquiere por el estado de gracia,
es la iluminación de la inteligencia, lo cual le proporciona un conocimiento
sobrenatural de las verdades de fe, conocimiento que es imposible de alcanzar
si no es por la participación a la sabiduría divina y es esto lo que nos
advierte el profeta Abacuc, cuando nos dice que: “El justo vive por la fe” (2, 4)[2].
Un Padre Nuestro, Diez Ave Marías, Un Gloria.
Tercer Misterio.
Meditación.
El
que ha recibido la gracia y por lo tanto la participación en el Amor y en la
Sabiduría divina, no debe guiarse por sentimientos, razonamientos o respetos
humanos, puesto que debe comportarse, en su conocer y en su amar y en su obrar,
como lo que es, hijo adoptivo de Dios Uno y Trino. Un alma así no puede jamás guiarse
por el error, sino por la Verdad; no puede guiarse por las tinieblas, sino por
la divina luz de la gracia de Jesucristo. Quien ha alcanzado la gracia, debe
perseverar en ella, ha de vivir por la santa fe católica y debe sustentarse de
esta fe como de un manjar exquisito que viene del Cielo[3].
Un Padre Nuestro, Diez Ave Marías, Un Gloria.
Cuarto Misterio.
Meditación.
En
la Escritura se afirma que el justo se alimenta con el nutriente donado por las
manos mismas del Señor: “El Señor le sustentó con pan de vida y entendimiento”
(Ecl 15, 3). La fe es “pan”, que es manjar universal y hace de guía para
todo lo que debamos vivir en esta vida terrena, guiándonos por las leyes del
Evangelio y no por la sabiduría humana[4]. Y este “pan” es “de vida”,
porque sólo con sus reglas viviremos la vida que verdaderamente debe ser
vivida, la vida de los hijos de Dios, la vida de los hijos de la Luz Eterna que
es la Trinidad.
Un Padre Nuestro, Diez Ave Marías, Un Gloria.
Quinto Misterio.
Meditación.
La
Sabiduría Eterna, que es Jesucristo, no nos puede convidar con pan de
ignorancia, o de error, o de herejía, sino con pan de entendimiento y de luz
divina. Para esto edificó su Iglesia, instituyó en ella los siete sacramentos,
ofreció sacrificio de Sí mismo y nos invitó a su mesa, la mesa de su doctrina,
con el pan y el vino de la fe[5].
Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo.
Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres
veces).
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo
os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, de Nuestro Señor
Jesucristo, Presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los
ultrajes, sacrilegios e indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente
ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del
Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén”.
Canto final: “El Trece de Mayo en Cova de Iría”.
Un Padrenuestro, tres Avemarías y un Gloria, pidiendo
por las intenciones de los Santos Padres Benedicto y Francisco.