Inicio[1] : ofrecemos esta
Hora Santa y el rezo del Santo Rosario meditado, en reparación y desagravio por
las gravísimas ofensas cometidas contra la Madre de Dios y Madre nuestra, María
Siempre Virgen, por parte de una religiosa dominica. La información relativa al
lamentable ultraje se encuentra en el siguiente enlace: http://observatorioantisectas.blogspot.com.ar/2017/01/monja-profiere-blasfemia-publicamente.html
Canto inicial: “Alabado sea el
Santísimo Sacramento del altar”.
Oración
de entrada: “Dios mío, yo creo, espero, te
adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran,
ni te aman” (tres veces).
“Santísima
Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
Presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente ofendido.
Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado
Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.
Inicio
del rezo del Santo Rosario. Primer Misterio (misterios a elección).
Meditación.
Dios
te salve, Santa María, Madre de Dios, Siempre Virgen; el excelso Arcángel
enviado desde el cielo te saluda con una reverencia y nosotros junto con él;
Dios te salve, Madre Siempre Virgen, en quien Dios Hijo, por obra de Dios
Espíritu Santo y por voluntad de Dios Padre, se hizo hombre sin dejar de ser
Dios para que nosotros, hombres pecadores, nos hiciéramos Dios por
participación. Dios te salve, Madre Siempre Virgen, por ti nos viene la alegría
y el gozo celestial, Cristo Jesús; Dios te salve, Madre del Amor hermoso, por
ti no solo nos viene Aquel que nos cancela la pena, sino que también nos concede
la Alegría y el Júbilo de nuestras almas, el Verbo de Dios Encarnado, que
naciendo milagrosamente de ti y dejando intacta tu Purísima Virginidad, se nos
dona como alimento super-substancial en el Verdadero Maná bajado del cielo, la
Santa Eucaristía. Dios te salve, oh Santa Madre de Dios, María Siempre Virgen,
Madre del Dios Viviente, Cristo Jesús; tú eres de veras el Trono Viviente, la
Custodia Viva, el Sagrario Amoroso, el Tabernáculo Feliz, el Regazo Celestial
en el que el Dios Invisible se encarna y así por ti se vuelve Visible; por ti,
el Dios que es Puro Espíritu se hace Carne, la Carne del Cordero de Dios que
alimenta nuestras almas con la substancia exquisita del Divino Amor; Dios te
salve, Madre Purísima y Amantísima, Siempre Virgen, que permaneciste Virgen
antes y durante el parto celestial del Verbo de Dios y permaneces Virgen por la
eternidad en el Reino de los cielos; Dios te salve, Madre del Dios Viviente, en
cuyo seno virginal y purísimo mora Aquél que ha creado el universo visible e
invisible, y que por ti se nos dona en el Altar Eucarístico como Pan Vivo
bajado del cielo.
Silencio
para meditar.
Padrenuestro,
Diez Ave Marías, Gloria.
Segundo
Misterio del Santo Rosario.
Meditación.
Dios te salve, Relámpago que alcanzas nuestras almas; Dios
te salve, con un trueno espantas tus enemigos; Dios te salve, más potente que
un ejército formado en batalla; Dios te salve, Madre de Dios siempre Virgen, Estrella
brillante de la mañana, Lucero de la aurora que nos anuncia la llegada del
Nuevo Día, el Sol que alumbra nuestras almas con la gracia santificante, Cristo
Jesús, Nuestro Dios; Dios te salve, en ti se aloja Aquél que es la delicia de
los ángeles en el cielo; Dios te salve, en tu seno virginal y Purísimo anida
como embrión humano, sin dejar de ser Dios y sin intervención de hombre alguno,
el Verbo Eterno del Padre, Nuestro Dios Jesucristo, llevado a tu seno materno
por Dios Espíritu Santo, por Voluntad de Dios Padre; Dios te salve, Custodia
Viviente y Purísima del Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad del Cordero, tú eres
el anticipo y el modelo del Altar Eucarístico, en donde la Iglesia, Madre y
Virgen como tú, concibe al Verbo del Padre, por el poder del Espíritu Santo,
por las palabras de la transubstanciación, pronunciadas por el sacerdote
ministerial; Dios te salve, Hija predilecta del Padre, Madre amorosísima de
Dios Hijo, Esposa amabilísima de Dios Espíritu Santo, a ti te alabamos, te
veneramos y te exaltamos, porque en ti se ampara la Iglesia, de quien eres su
Madre y celestial Protectora. Dios te salve, oh Virgen Santa y Pura, que por tu
“Fiat” a la Voluntad del Padre anunciada por el Arcángel, concebiste por el
Espíritu Santo y sin intervención de amor humano, a tu Creador, al Creador
Omnipotente de ángeles y hombres y del universo entero; Dios te salve, Madre Siempre
Virgen, Diamante celestial, que encierras la Luz Eterna e Increada que proviene
de la Luz Eterna e Increada y, luego de nutrirla por nueve meses con tu
substancia materna y luego de recubrirla con tu carne y tu sangre, la derramas
milagrosamente a esta Luz Increada, Cristo Jesús en la Eucaristía, para que
ilumine las tinieblas de nuestras almas, mientras permaneces Virgen después del
parto, tan Virgen como eras antes y durante el mismo.
Silencio para meditar.
Padrenuestro,
Diez Ave Marías, Gloria.
Tercer
Misterio del Santo Rosario.
Meditación.
Dios te salve, Virgen y Madre Purísima,
Virgen del parto, Virgen antes, durante y después del parto; Dios te salve, celestial
Custodia Viviente del Cuerpo y la Sangre del Verbo de Dios Encarnado; Dios te
salve, Madre del Dios Viviente, compendio sagrado e intangible de los dogmas
sobrenaturales de Cristo, el Hombre-Dios; Dios te salve, Portal santo por el
cual viene a nuestro mundo el Dios Tres veces Santo, Cristo Jesús, para
salvarnos por su Cruz y para donarnos su Vida y su Amor en el Pan Eucarístico;
Dios te salve, Celestial Escalera por la cual desciende a la tierra el Dios
Eterno, el Creador Omnipotente, para revestirse en tu seno y manifestarse a
nuestros ojos en Belén como un Niño pequeño y recién nacido; Dios te salve, Puente
celestial por el que los hombres suben al cielo; Dios te salve, Madre Siempre
Virgen, que nos das en la Eucaristía a tu Hijo, Dios hecho Niño sin dejar de
ser Dios para que nosotros, recibiendo de Él su Vida divina y el Amor inefable
de su Sagrado Corazón, seamos hechos partícipes, ya en la tierra, de los gozos
celestiales, como anticipo de la feliz bienaventuranza que por la Divina
Misericordia esperamos, oh Madre de Dios, alcanzar al fin de nuestra vida
terrena. Dios te salve, gozo de los ángeles de luz, terror de los ángeles
caídos, tu solo Nombre de Madre y Virgen hace huir al Príncipe de las tinieblas,
el cual tiembla ante tu solo recuerdo; Dios te salve, Reina de los Ángeles de
Dios, que junto a ti adoran al Cordero por los siglos sin fin; Dios te salve,
Celestial Vencedora de la Serpiente Antigua, que por la Sangre de tu Hijo y por
tu participación en su Pasión, haces huir al infernal enemigo cuando un alma te
invoca desde el abismo de su miseria; Dios te salve, Virgen y Madre, que ante
el anuncio del Arcángel, concebiste a la Sabiduría de Dios en tu mente
sapientísima, libre de toda mancha de error, de falsía y herejía; Dios te
salve, Madre de Dios y de los hombres, que ante el anuncio del Arcángel,
concebiste a la Palabra de Dios en tu Inmaculado Corazón y la atesoraste como
Tesoro Preciosísimo, más precioso que los cielos eternos; Dios te salve, Madre
Siempre Virgen, que ante el anuncio del Arcángel, engendraste en las entrañas
purísimas de tu Cuerpo Sin mancha, y por obra del Espíritu Santo, al Verbo de
Dios que de ti, de tu purísima substancia materna, recibió Carne y Sangre y las
unió a su Persona Divina, para luego así entregarse por nuestra salvación, en
la Última Cena, en la Cruz y en la Eucaristía.
Silencio para meditar.
Padrenuestro,
Diez Ave Marías, Gloria.
Cuarto
Misterio del Santo Rosario.
Meditación.
Dios te salve, Madre Siempre Virgen, a ti te aclaman las
generaciones, porque el Poderoso hizo en ti grandes cosas: te creó para Él,
para que seas la Morada Santa del Verbo de Dios hecho Carne; te cubrió con su
Espíritu, el poder del Altísimo; te conservó Madre Virgen y Esposa Intacta,
resguardando tu seno virginal, por Dios fecundado, para que germine en él el
Árbol de la Vida, Jesús crucificado, de cuyo costado traspasado brota, como de
una fuente inagotable, la gracia santificante que nos da la vida divina. Dios
te salve, Virgen de la Eucaristía, que alojaste en tu seno purísimo al Cuerpo,
la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, lo diste a luz
en Belén, Casa de Pan, como un Niño, y nos lo continúas donando cada vez, en la
Santa Misa, oculto en apariencia de pan, en la Santa Eucaristía. Dios te salve,
Madre Siempre Virgen, rama del Fruto incorrupto, el Hombre-Dios, Cristo Jesús, Quien
venció a la Muerte, al Demonio y al Pecado, de una vez y para siempre con su
sacrificio en Cruz; Dios te salve, Madre Siempre Virgen, tallo bendito del
verde Retoño; Dios te salve, campo fecundo y fragante donde Dios se planta;
Dios te salve, mesa repleta de dones divinos, tu seno virginal es anticipo y
modelo del altar eucarístico, donde se nos dona el fruto bendito de tu vientre:
el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo.
Silencio para meditar.
Padrenuestro,
Diez Ave Marías, Gloria.
Quinto
Misterio del Santo Rosario.
Meditación.
Dios te salve, Refugio de pecadores, Consuelo de los
atribulados, Esperanza de los hijos pródigos de Dios, Nueva Arca de Dios, Asilo
de las almas que, refugiadas en tu Inmaculado Corazón, se libran de la Ira
Divina; Dios te salve, tú albergaste en tu seno purísimo a Dios Hijo por nueve
meses y lo diste a luz, y por eso eres Madre de Dios, pero también eres Madre
de los hombres, porque los concebiste en tu Inmaculado Corazón al pie de la
cruz, para darlos a luz como hijos adoptivos de Dios, como don del Padre para
el mundo sediento del Verdadero Amor. Dios te salve, tú que nutriste con tu
carne y tu sangre al Cordero en tu vientre materno, dándole así un Cuerpo para
ofrecer en el Santo Sacrificio de la Cruz, Cuerpo que habría de ser entregado
cada vez en la Santa Misa, por medio del Santo Sacrificio del Altar
Eucarístico, para nuestra salvación y redención. Dios te salve, Celestial
Capitana del Ejército de Dios, que ahuyentas al orgulloso Lobo Infernal, el
Ángel caído, con tu solo nombre, María, Virgen y Madre; Dios te salve, por ti
Dios viene del cielo a la tierra, y por ti los hombres ingresan al Paraíso, el
Corazón de tu Hijo Jesús. Dios te salve, celestial Reina, Virgen, Madre,
Esposa, por ti se alegran los hombres pecadores, que en tu Corazón Inmaculado
encuentran refugio; Dios te salve, por ti los ángeles exultan y admiran tu
belleza, porque Dios te creó más hermosa que los cielos eternos, ya que el Hijo
al encarnarse, debía fijar en ti su Morada terrena. Dios te salve, te ensalzamos,
Santa Madre de Dios, Virgen Santa y Pura, Refulgente Estandarte de gracia
divina, por ti es despojado el Averno, por ti contemplamos la gloria del Padre,
Jesús de Nazareth, nacido milagrosamente de ti -como el rayo de sol atraviesa
el cristal y lo deja intacto- como Pan de Vida eterna, para ser alimento y manjar
celestial de nuestras pobres almas.
Un Padrenuestro, tres Ave Marías, un gloria, para
ganar las indulgencias del Santo Rosario, pidiendo por la salud e intenciones
de los Santos Padres Benedicto y Francisco.
Oración
final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te
amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman”
(tres veces).
“Santísima
Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
Presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente ofendido.
Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado
Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.
Canto
final: “El Trece de Mayo en Cova de Iría”.
[1] Las meditaciones están basadas
en el Himno Akathistos, Himno
Litúrgico Mariano, compuesta en acción de gracias por el patriarca Sergius en
626 d. C., en acción de gracias por la liberación de Constantinopla del asedio
musulmán, liberación atribuida a la Madre de Dios. El aniversario de la
victoria, y en el que se canta el Himno Akathistos –de pie- es el 8 de Agosto.
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