jueves, 9 de marzo de 2023

Hora Santa en reparación por sacrílega “misa negra” en honor al Ángel caído en Catemaco, México 010323

 



Inicio: ofrecemos esta Hora Santa y el rezo del Santo Rosario meditado en reparación por las sacrílegas “misas negras” ofrecidas en también sacrílego honor al ángel caído, Satanás. Para mayores datos, consultar el siguiente enlace:

https://plumaslibres.com.mx/2022/11/17/para-marzo-del-2023-en-catemaco-se-realizara-la-primera-misa-en-honor-a-satanas-informa-el-brujo-mayor/

Canto de entrada: “Cantemos al Amor de los amores”.

Inicio del rezo del Santo Rosario. Primer Misterio (misterios a elección).

Meditación.

Para descubrir por lo menos algunas de las riquezas que encierra el misterio eucarístico, debemos hacer un triple ejercicio: de la mente, del corazón y de la voluntad, porque este misterio ilumina la mente con la luz divina, arrastra a la voluntad al divino querer y enciende el corazón en el Fuego del Divino Amor. San Pedro Julián Eymard decía que “cuando se ha prendido una chispa eucarística en el alma, se ha puesto en su corazón una semilla divina de ida y de todas las virtudes, que es eficaz por sí misma, por decirlo de alguna manera”[1].

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Segundo Misterio.

Meditación.

Cuando San Pedro Julián Eymard fundó la Congregación de los Sacerdotes del Santísimo Sacramento, ofreció su vida por el Reino Eucarístico de Jesús y escribió entonces: “Querido Jesús, aquí está mi vida. Heme dispuesto a comer piedras y a morir abandonado, con tal de poder erigirte un trono y darte una familia de amigos, una nación de adoradores”. Si tan solo conociéramos, al menos ínfimamente, el don de Dios que es la Eucaristía, no dudaríamos en pertenecer a esta “nación de adoradores” del Santísimo Sacramento.

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Tercer Misterio.

Meditación.

San Bernardo decía: “La Eucaristía es ese amor que sobrepasa todos los amores en el Cielo y en la tierra. Y Santo Tomás de Aquino escribió: “La Eucaristía es el Sacramento de Amor: significa Amor, produce Amor”. Un hecho concreto que nos habla de manera evidente de ese amor es el Milagro Eucarístico de Lanciano, donde se venera una Hostia consagrada transformada en carne viva y conservada así desde hace más de un milenio. Pues bien: según los análisis químicos más recientes de una partícula de aquella Hostia, ha resultado que se trata de carne aún viva, perteneciente al tejido del corazón de un hombre. La Eucaristía es realmente, toda ella, solamente ¡Corazón!

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Cuarto Misterio.

Meditación.

Un día, un príncipe árabe, Abd-ed-Kader, al pasar por las calles de Marsella en compañía de un oficial francés, se encontró con un sacerdote que llevaba los Sagrados Viáticos a un hombre moribundo. El oficial francés se detuvo, se descubrió la cabeza y se arrodilló. Su amigo le preguntó la razón de ese saludo. “Adoro a mi Dios, que el sacerdote está llevando a un enfermo”, replicó el valiente oficial. “¿Cómo es posible -dijo el emir-, que tú creas que Dios, que es tan grande, se haga tan pequeño y permita que se le lleve aún a la casa de los pobres? Nosotros los mahometanos tenemos una idea mucho más grande de Dios”. El oficial respondió: “Eso se debe a que ustedes sólo tienen una idea de la grandeza de Dios, pero no conocen su Amor”.

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Quinto Misterio.

Meditación.

San Pedro Eymard declara: “La Eucaristía es la manifestación suprema del amor de Jesús. Después de ella no existe nada más que el Cielo mismo”. Sin embargo, ¡cuántos cristianos ignoramos el alcance inmenso del amor contenido en la Eucaristía! Y tanto más, cuanto que la Eucaristía es infinitamente más grande que los Cielos eternos y es que es el Rey de los Cielos eternos, Jesús, el Hijo de Dios.

Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).

“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.

Canto final: “El Trece de Mayo en Cova de Iría”.

Un Padrenuestro, tres Avemarías y un Gloria, pidiendo por las intenciones del Santo Padre Francisco.

 

 



[1] Cfr. Stefano María Manelli, 16.

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