viernes, 10 de marzo de 2023

Hora Santa en reparación por sacrilegio contra el Sagrado Corazón en iglesia de Austria 080323

 



Inicio: ofrecemos esta Hora Santa y el rezo del Santo Rosario meditado en reparación por horrible ultraje cometido contra el Sagrado Corazón de Jesús en Austria. Para mayores detalles, consultar el siguiente enlace:

https://infovaticana.com/2023/03/08/obispo-de-austria-defiende-la-decoracion-de-una-iglesia-con-la-imagen-de-un-corazon-de-cerdo-dentro-de-un-preservativo/

Canto de entrada: “Cantemos al Amor de los amores”.

Inicio del rezo del Santo Rosario. Primer Misterio (misterios a elección).

Meditación.

Si todo cristiano ha de amar a Jesucristo –“si algún hombre no ama a Nuestro Señor Jesucristo, sea anatema”, 1 Cor 16. 22-, el amor a la Eucaristía debe ser espontáneo y estar siempre vivo en nosotros, puesto que la Eucaristía es el mismo y único Señor Jesucristo, Dios Hijo encarnado y Salvador de los hombres.

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Segundo Misterio.

Meditación.

Todos los santos se caracterizaron, sin excepción, por el amor a la Eucaristía; de entre estos santos hay algunos que se destacan, como por ejemplo San Pedro Julián Eymard, en quien este amor a la Eucaristía alcanzó tal intensidad que se convirtió en una “locura de amor”. Por eso él era también llamado “loco por el Santísimo Sacramento”[1].

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Tercer Misterio.

Meditación.

Ahora bien, el amor necesita ser ejercitado, necesita ser puesto en práctica, puesto que el corazón necesita ejercitarse para amar verdaderamente al Dios Verdadero. La Sagrada Comunión representa el vértice en este ejercicio de amor, que se consuma en la unión entre el corazón de la creatura y Jesús. Santa Gemma Galgani exclama al respecto: “No puedo soportar el pensamiento de que, en la prodigiosa expansión de su Amor, Jesús se hace sentir y se manifiesta a la más insignificante de su creaturas en todo el esplendor de Su Corazón”.

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Cuarto Misterio.

Meditación.

Santa Gemma Galgani deseaba que su corazón fuera una “tienda de amor” en donde pudiera hospedar por siempre a Jesús con ella. También deseaba tener “un lugarcito en el Copón”, para poder estar siempre con Jesús. La santa pedía llegar a ser una “bola de fuego” ardiente de amor por Jesús.

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Quinto Misterio.

Meditación.

Cuando Santa Teresita del Niño Jesús estaba seriamente enferma, se arrastraba con gran esfuerzo a la Iglesia para recibir a Jesús. Una mañana, después de la Sagrada Comunión, estaba exhausta en su celda. Una de las monjas le hizo notar que no debía esforzarse tanto. La santa replicó: “¿Oh, qué son estos sufrimientos en comparación con una Sagrada Comunión?”. Su lamento era el de no poder recibir la Sagrada Comunión a diario, ya que en esos tiempos no estaba permitido. Por eso suplicaba a Jesús: “Permanece dentro de mí, igual que permaneces en Tabernáculo. No retires nunca Tu presencia de vuestra Pequeña Hostia”[2].

Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).

“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.

Canto final: “Un día al cielo iré, y la contemplaré”.

Un Padrenuestro, tres Avemarías y un Gloria, pidiendo por las intenciones del Santo Padre Francisco.

 



[1] Cfr. Stefano María Manelli, Jesús, Amor Eucarístico. Vida Eucarística según los ejemplos de los Santos, Ediciones del Alcázar, Buenos Aires 2005, 18.

[2] Cfr. ibidem, 19.

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