Inicio:
ofrecemos esta Hora Santa y el rezo del Santo Rosario en reparación por la brutal
islamización de niños cristianos, llevada a cabo de forma forzada y encubierta
en Australia. Los niños cristianos, los que han recibido el Bautismo
sacramental católico, son hijos adoptivos de Dios Uno y Trino y NO de Alá, por
lo que islamizarlos es un claro intento de apropiarse de almas que le
pertenecen a la Santísima Trinidad. Para mayores datos acerca de esta
aberración, consultar el siguiente enlace:
https://media.gab.com/system/media_attachments/files/135/748/397/playable/fe5d50907e926744.mp4
Canto
de entrada: “Cantemos al Amor de los amores”.
Inicio
del rezo del Santo Rosario. Primer Misterio (misterios a elección).
Meditación.
La
Sagrada Escritura nos revela que, por la gracia del Bautismo sacramental,
nuestro cuerpo es “templo del Espíritu Santo” (1 Cor 3, 17); por esta
razón, el cristiano debe luchar, en primer lugar, contra sí mismo y luego
contra el mundo y el demonio, para mantener la pureza, tanto del alma, como la
del cuerpo. La pureza del alma la concede la gracia y consiste, ante todo, en
una fe limpia, pura, inmaculada -la Virgen Pura e Inmaculada es el modelo a
seguir-, sin contaminación con errores, herejías, y mucho menos sacrilegios y
blasfemias.
Un
Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.
Segundo
Misterio.
Meditación.
Ahora
bien, a la pureza del alma se le debe agregar, de forma concomitante, la pureza
del cuerpo. Dice así San Pedro Damián: “El alma del hombre no está a propósito
para el don de la gracia divina, si no es que primero esté seca de todo humor
de gusto carnal”. Y San Crisóstomo dice: “La vida impura extingue el espíritu”.
Más claramente lo dice San Bruno: “Si no se apagare el fuego inferior, no podrá
lucir el superior. La lujuria es el fuego interior; pero el superior, ¿qué otra
cosa es sino la gracia del Espíritu Santo?”[1].
Un
Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.
Tercer
Misterio.
Meditación.
Para
recibir a la Tercera Persona del Espíritu Santo, el alma debe estar en estado
de gracia, porque es la única forma en que puede recibir al Divino Amor de modo
digno. Pero también el cuerpo debe ser santo y no solo el alma; es decir, la
santidad del cuerpo debe acompañar a la del espíritu y así como la santidad del
alma es la gracia, así la santidad de la carne es la castidad y pureza, según
nos enseñan los Padres de la Iglesia.
Un
Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.
Cuarto
Misterio.
Meditación.
El
Apóstol dice a los cristianos que han recibido la gracia: “Sepa cada uno poseer
el vaso de su cuerpo en santificación y honra, no con la pasión de su deseo,
como lo hacen los gentiles, que no conocen a Dios” (1 Tes 4). Llama “santificación
y honra del cuerpo” el guardarle puro y casto, así la castidad es la santidad
de la carne y la honra del hombre[2].
Un
Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.
Quinto
Misterio.
Meditación.
La
razón por la que los cristianos se han de esmerar no solo en la santidad del
alma, sino en la pureza del cuerpo, sin cometer ni aun los menores pecados en
esta materia, la da el mismo Apóstol, que es hacerse con la gracia recibida. Escribiendo
a los cristianos de Corinto dice: “¿No sabéis cómo vuestros cuerpos son templo
del Espíritu Santo que habita dentro de nosotros?” (1
Cor 3, 17). Y también otra vez: “¿No sabéis que sois templo de Dios y
el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno violare el templo de Dios, el
mismo Dios le destruirá” (6, 19).
Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo.
Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman”
(tres veces).
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo
os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, de Nuestro Señor
Jesucristo, Presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los
ultrajes, sacrilegios e indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente
ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del
Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén”.
Canto final: “Plegaria a Nuestra Señora de los
Ángeles”.
Un Padrenuestro, tres Avemarías y un Gloria, pidiendo
por las intenciones del Santo Padre Francisco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario