domingo, 8 de noviembre de 2020

Hora Santa en reparación por ataque a iglesia católica en Portland, Oregon 051120

 


Inicio: ofrecemos esta Hora Santa y el rezo del Santo Rosario meditado en reparación por el sacrílego ataque sufrido por una iglesia católica en Portland, Oregon. Para mayores detalles, consultar el siguiente enlace:

https://www.catholicnewsagency.com/news/portland-rioters-damage-catholic-church-known-for-outreach-to-the-poor-41308?fbclid=IwAR2XFx2qslXNlZlGnHVKekaUYAxZV-Ms5iYYMg64E-uvNFZRs9cEGvjTQHc

Oración inicial: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón, por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).

“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.

Canto inicial: “Cristianos, venid, cristianos, llegad”.

Inicio del rezo del Santo Rosario meditado. Primer Misterio (a elección).

Meditación.

          Cuando la Virgen Santísima se apareció a los pastorcitos en Fátima, entre otras cosas, les pidió que se consagraran a su Inmaculado Corazón. Así se lo recuerda la Virgen al P. Gobbi: “Hijos míos predilectos, recordad mi venida aquí a la tierra, en la pobre Cova de Iria, en Fátima. Bajé del Cielo para pediros la Consagración a mi Corazón Inmaculado”[1]. ¿Por qué razón la Virgen pide que nos consagremos a su Inmaculado Corazón? Hay muchas razones y una de ellas es el estrago que entre las naciones y las almas está haciendo el Dragón rojo, el ateísmo marxista: “Estáis viviendo los momentos en que el Dragón rojo, a saber, el ateísmo marxista, se ha propagado por todo el mundo y hace estragos cada vez mayores entre las almas”[2]. La consagración al Inmaculado Corazón nos protege de la acción del Dragón rojo.

          Silencio para meditar.

Padrenuestro, diez Ave Marías, Gloria.

Segundo Misterio del Santo Rosario.

Meditación.

          El ateísmo marxista -el Dragón rojo descripto en el Apocalipsis- constituye un gravísimo peligro para la salud de las almas, pues las convence, con malvada astucia, de que no hay un Dios Trinidad a quien adorar; las convence de que no hay un Hombre-Dios Jesucristo que vino a dar la vida por la salvación de la humanidad y así, convierte a cada uno en su propio dios y en su propio maestro y cuando esto ocurre entre los católicos, se le llama “apostasía”. El gran Dragón rojo, el comunismo marxista, que atenaza a naciones enteras en el mundo, conduce a la apostasía y a la perdición eterna del alma.

          Silencio para meditar.

Padrenuestro, diez Ave Marías, Gloria.

Tercer Misterio del Santo Rosario.

Meditación.

          El gran remedio para la apostasía, que frena el accionar malvado del Dragón rojo, el ateísmo marxista, es la consagración al Inmaculado Corazón de María, porque allí el alma es instruida en persona por la Santísima Virgen María; de allí la insistencia de la Virgen en proponer la consagración a su Inmaculado Corazón como medio para poner fin a la acción perversa del comunismo ateo. Dice así la Virgen al Padre Gobbi: “Ésta es, pues, la hora de recurrir al gran remedio, que el Padre os ofrece, para resistir a las seducciones del Maligno y para oponeros a la verdadera apostasía que cada vez se extiende más entre mis pobres hijos. ¡Consagraos a mi Corazón Inmaculado!”.

          Silencio para meditar.

Padrenuestro, diez Ave Marías, Gloria.

Cuarto Misterio del Santo Rosario.

Meditación.

          Quien se consagra al Inmaculado Corazón de María, se ve protegido de un doble peligro: de un peligro temporal, que es la apostasía, y de un peligro eterno, que es la eterna condenación. Es esto lo que la Virgen le dice al Padre Gobbi: “A quien se consagra a mi Corazón Inmaculado, vuelvo a prometerle la Salvación: la salvación del error en este mundo y la salvación eterna. La obtendréis por mi especial intervención de Madre. Así impediré que podáis caer en las seducciones de Satanás. Seréis protegidos y defendidos por Mí misma; seréis consolados y robustecidos por Mí”[3].

          Silencio para meditar.

Padrenuestro, diez Ave Marías, Gloria.

Quinto Misterio del Santo Rosario.

Meditación.

          La humanidad está atravesando un momento de mucha tribulación, con relación a la pandemia provocada por el coronavirus y una de las soluciones propuestas es una vacuna que inmunice contra este virus. Sin embargo, hay otra pandemia peor, y es la del comunismo ateo y marxista y la cura para esta peste espiritual comunista es una “vacuna” espiritual, la consagración al Inmaculado Corazón de María. Dice así la Virgen al Padre Gobbi: “Ésta es la hora en que todo Sacerdote, que quiera mantenerse fiel, debe atender mi llamada. Cada uno se consagre a mi Corazón Inmaculado: y por medio de vosotros, Sacerdotes, muchos hijos míos harán esta Consagración. Es como una vacuna que, a título de buena Madre, os doy para preservaros de la epidemia del ateísmo que contamina a tantos hijos míos y los conduce a la verdadera muerte del espíritu. Éstos son los tiempos predichos por Mí misma; ésta es la hora de la purificación”[4].

          Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón, por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).  

“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os adoro profundamente, y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.

Canto final: “El Trece de Mayo en Cova de Iría”.

 



[1] Cfr. Stefano Gobbi, La Santísima Virgen a los sacerdotes, sus hijos predilectos, Mensaje del 13 de mayo de 1976, Aniversario de la primera Aparición en Fátima; cfr. https://www.santisimavirgen.com.ar/consagracionamaria/mensajes_padre_gobbi.htm

[2] Cfr. ibidem.

[3] Cfr. ibidem.

[4] Cfr. ibidem.

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