Inicio[1]: ofrecemos esta Hora Santa y el rezo del
Santo Rosario, en reparación por nuestros pecados y por los del mundo entero.
Canto inicial: “Sagrado Corazón, Eterna Alianza”.
Oración inicial: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te
amo. Te pido perdón, por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman”.
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los
sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e
indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los
infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de
María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.
Inicio del rezo del Santo Rosario. Enunciación del Primer Misterio
(misterios a elección).
Meditación
Jesús,
queremos reparar por las almas atraídas por las cosas del mundo, en las cuales
también nos reconocemos y por eso reparamos también por nuestra propia tibieza.
Estas almas te dedican a Ti solo un amor pasajero, fugaz, interesado y egoísta.
Son almas que se resisten a seguir tus huellas, porque tus huellas están
ensangrentadas y se dirigen hacia el Monte Calvario. Estas almas, oh Jesús, rechazan
el sufrimiento y sólo te honran con sus labios, pero su corazón se deja,
fácilmente, atraer por las cosas del mundo. Estas almas, oh Jesús mío, se
entretienen y se alegran con las cosas del mundo, pero sienten tedio y hastío
cuando se trata de hablar Contigo, Fuente inagotable del Amor y de la verdadera
alegría. Estas almas, oh Jesús, que conocen el fuego de tu Amor, porque en
algún momento fueron encendidas por las llamas que envuelven a tu Sagrado
Corazón, dejan entibiar sus corazones, al elegir las cosas del mundo y dejarte
abandonado a Ti. Queremos reparar por esas almas tibias y por nuestra propia
tibieza, oh Jesús Eucaristía, y por eso te suplicamos que a ellas y a nosotros,
nos des la gracia de tener siempre presente que el mundo y sus atractivos es
algo que pasa y se escurre como arena entre los dedos, mientras que lo único
que importa en esa vida, es hacer tu Santa Voluntad, reflejada en los
Mandamientos y cargar la cruz de todos los días, para así, al final de esta
vida terrena, llegar al Reino de los cielos.
Silencio
para meditar.
Padre
Nuestro, Diez Ave Marías, gloria.
Enunciación
del Segundo Misterio del Santo Rosario
Meditación
Jesús, queremos reparar por los ateos y por el pecado del
ateísmo, teórico y práctico; queremos reparar por las almas que libremente
deciden rechazar tu existencia, negándose a ver los signos de tu Presencia y
Existencia, en el mundo creado. Quien no quiere creer en Ti, es porque ha
cerrado voluntariamente su inteligencia a los múltiples signos que hablan, a
cada momento, de tu Sabiduría y de tu Amor. Muchos, en el colmo de la necedad,
oponen la fe y la razón, enalteciendo a la razón humana y deificando a la
ciencia, sin tener en cuenta que la ciencia que estudian y a la que deifican,
la estudian con la razón con la que Tú los dotaste, y que todo está hecho con
precisión científica porque Tú creaste el mundo con tu Divina Sabiduría y con
tu Divino Amor, y todo lo hiciste con perfección científica. Reparamos, oh
Jesús, por quienes idolatran a ciencia y a la tecnología, en vez de adorarte a
Ti, que has creado al mundo con precisión científica y has dotado a los
científicos de una inteligencia que es participación a tu Divina Inteligencia.
Silencio
para meditar.
Padre
Nuestro, Diez Ave Marías, gloria.
Enunciación
del Tercer Misterio del Santo Rosario
Meditación
Jesús, queremos repara por quienes ejercen la violencia
física, moral, psicológica, espiritual, sobre sus hermanos. Reparamos especialmente
por quienes persiguen a los cristianos, decapitándolos, quemándolos vivos,
crucificándolos, por el solo hecho de ser cristianos. Quienes así obran, no
saben cuánto irritan a la Divina Justicia, y no saben cuán tremendos y duros
son los castigos que les esperan en el infierno, castigos sin compasión y sin
misericordia, porque en esta vida no tuvieron compasión ni misericordia para
con sus prójimos. Jesús, reparamos y pedimos perdón por quienes, utilizando tu
Santo Nombre de modo sacrílego, persiguen, encarcelan, torturan, decapitan y
queman vivos a quienes son cristianos. Te suplicamos, por la Sangre derramada
en la cruz, y por la intercesión de María Santísima, que no les tengas en
cuenta estos horribles y abominables crímenes, y que les concedas la gracia de
la conversión, del arrepentimiento y de la contrición del corazón, antes de que
para ellos sea demasiado tarde, porque si no se arrepienten y cesan de ejercer toda
esa violencia irracional y demoníaca sobre tus hijos, serán conducidos al
Abismo de donde no se regresa, para ser castigados por toda la eternidad, de
acuerdo a la crueldad con la que trataron a sus hermanos.
Silencio
para meditar.
Padre
Nuestro, Diez Ave Marías, gloria.
Enunciación
del Cuarto Misterio del Santo Rosario
Meditación
Jesús, reparamos por los jóvenes que desperdician su
juventud y sus vidas, al entregarlas al vicio y a la drogadicción. Reparamos por
los jóvenes que arrojan en el fango la vida y la juventud que les diste, al
degradarse consumiendo todo tipo de substancias tóxicas y al convertir sus
cuerpos, de templo del Espíritu Santo y morada de la Santísima Trinidad, en
cueva oscura y maloliente de demonios de todo tipo. Reparamos, Jesús, por los
jóvenes que, al idolatrar a los ídolos del mundo, los ídolos de la política,
del fútbol, del cine, de la música, te abandonan a Ti y se internan por el
camino de la desesperación, recurriendo a las drogas y a los vicios de todo
tipo, como falsos sucedáneos de una felicidad que allí nunca encontrarán,
perdiendo así el horizonte de eternidad al cual han sido llamados y dirigiendo
sus pasos hacia el Abismo en donde reina el Príncipe de las tinieblas. Reparamos
y pedimos por estos jóvenes, oh Jesús, para que les concedas la gracia de la
conversión, de manera tal que no solo abandonen el camino de degradación y de
perdición eterna en el que se encuentran, sino para que te descubran a Ti,
Cristo Dios, Única fuente de la verdadera felicidad, para que conociéndote, te
amen y amándote salven sus almas.
Silencio
para meditar.
Padre
Nuestro, Diez Ave Marías, gloria.
Enunciación
del Quinto Misterio del Santo Rosario
Meditación
Jesús, reparamos por quienes, movidos por la codicia y la
rapiña, se apropian, indebidamente, de los bienes del prójimo, y sobre todo te
pedimos por los gobernantes del mundo entero, muchos de los cuales conducen a sus
pueblos a la ruina material y espiritual. Quienes esto hacen, no tienen en
cuenta que esta vida termina muy pronto y que todo lo que sustrajeron indebidamente,
desaparecerá para siempre, quedando en sus almas la mancha imborrable del
pecado del robo, pecado que será la causa de su eterna condenación, si no se
arrepienten a tiempo y si no devuelven y restituyen a sus dueños lo que robaron.
En el infierno, lamentarán para siempre el haber perdido la riqueza admirable
del cielo, por haberse apropiado, indebidamente, de las riquezas de la tierra. Te
pedimos, oh Jesús, que les concedas, a estos hermanos nuestros, enceguecidos
por el falso brillo de las riquezas mundanas, la gracia de conocer y amar tu
Presencia Eucarística, única riqueza digna de ser estimada más que la propia
vida.
Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te
amo. Te pido perdón, por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman”.
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los
sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e
indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los
infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de
María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.
Canto final: “El trece de Mayo en Cova de Iría”.
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