Inicio: Jesús, queremos desagraviar a tu Madre, que
es también nuestra Madre amantísima, la Santísima Virgen de Guadalupe. En la
red social llamada “Facebook”, llamativamente, mientras se cierran con suma
facilidad páginas católicas con cualquier pretexto, permiten la proliferación
de páginas que atentan contra la fe católica, que insultan a la Madre de Dios,
que ofenden a su Pureza virginal, que ofenden su condición de Virgen
Inmaculada, tal como la página blasfema, herética, pagana, lesiva de los
derechos de Dios, de la Virgen, de Jesucristo, de la Iglesia y de los católicos
de todo el mundo, página llamada “Guarralupe”, y a la cual hemos solicitado al
CEO de Facebook que se la cierre, sin obtener un resultado favorable. Ofrecemos
esta Hora Santa en reparación y desagravio por este inaudito ultraje a Nuestra
Madre del cielo, en su advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, aunque en el
interior de esta blasfema página se encuentran decenas o centenas de ataques a
la Fe de nuestra Santa Madre la Iglesia Católica. Pedimos por la conversión de
quienes están detrás de tan alevoso ataque, porque se encuentran –evidentemente-
movidos por un odio preternatural –diabólico-, no humano, y por lo tanto, al
tiempo que reparamos por este satánico ataque contra la Virgen, contra Jesús,
contra el Santo Padre Francisco y Benedicto, contra la Santa Iglesia Católica,
contra los católicos en general, pedimos la conversión de los pobres pecadores que
han pergeñado esta tristísima página en Facebook.
Oración inicial: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te
amo. Te pido perdón, por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman”
(tres veces).
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, yo os adoro profundamente, y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad, de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los
sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e
indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los
infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón, y los del Inmaculado Corazón de
María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.
Hora Santa en reparación y desagravio por los ultrajes cometidos contra Nuestra Señora de Gudalupe en Facebook
(Parte 1)
Canto inicial:
“Sagrado Corazón, Eterna Alianza”.
Meditación
La Virgen de Guadalupe se le apareció a Juan Diego en el
Monte Tepeyac, para consolarlo en sus penas, para decirle que lo que le
preocupaba no era nada y sin embargo, lo que le preocupaba a Juan Diego, era la
enfermedad grave de su tío. La Virgen
le hizo el milagro de la curación de la enfermedad de su tío y con eso le hizo ver
a Juan Diego que debía confiar en su intercesión poderosa ante Dios y en su
amor maternal y que todo lo que le preocupara, debía confiárselo a Ella, como a
su Madre, porque Ella era en verdad, su Madre celestial: “¿No estoy Yo aquí,
que soy tu Madre? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa? ¿No estás acaso en el
hueco de mis brazos?”. La Virgen de Guadalupe quería que Juan Diego atendiera a
los asuntos de Dios y confiara los asuntos terrenos a Ella, para que Ella se
hiciera cargo de ellos; con el milagro de la curación del tío de Juan Diego y
con su posterior consejo maternal, la Virgen nos enseña y nos alienta a confiar
en su poder mediador y en su condición de Medianera de todas las gracias. Además,
quiere hacernos ver que nada, ningún aspecto de nuestras vidas terrenas, por
pequeño que parezca, está lejos de la mirada del cielo, y que el cielo la ha
delegado a Ella, para que sea Ella la que interceda por nosotros y por nuestras
necesidades, y que basta que acudamos a Ella, para que Ella se haga presente y
escuche nuestras peticiones. No es necesario que se haga visible, como en el
caso de Juan Diego, pero sí es necesario que sepamos que ninguna petición queda
sin ser escuchada, ni por Ella, ni por su Hijo Jesús, porque donde está la
Virgen, está Jesús, y donde está Jesús, está la Virgen, y por eso, toda
petición escuchada por la Virgen, es presentada a Jesús, y al ser escuchada por
la Virgen, tiene la garantía de que será escuchada por Jesús y respondida por
Él. En cambio, si fuera escuchada por Jesús y no por la Virgen, dicen los
doctores de la Iglesia, no hay garantías de que la petición sea respondida por
Jesús. Entonces, la Virgen de Guadalupe, con el ejemplo del milagro concedido
al tío de Juan Diego, nos enseña a confiar en su maternal y poderosa intercesión
ante su Hijo Jesús. ¡Oh amantísima Madre Nuestra, Virgen de Guadalupe, te
pedimos la conversión y salvación eterna de nuestros seres queridos y de todos
los que te ofenden, porque no saben lo que hacen! Amén.
Silencio para meditar.
La
Virgen de Guadalupe se le apareció a Juan Diego y le concedió el milagro de las
rosas de Castilla, haciendo aparecer rosas blancas en pleno desierto y en pleno
invierno, un milagro imposible en el desierto de México. Con ese milagro quería
significar que Ella, que es la Medianera de la gracia de su Hijo Jesús, así
también quería hacer florecer, en nuestros corazones, secos y helados como el
desierto, la flor de la gracia de Jesucristo, para embellecer nuestras almas y
perfumarlas con el suave perfume del Espíritu Santo. La Virgen de Guadalupe
también hizo el milagro de la tilma, la estampa milagrosa de su imagen hermosísima
en el poncho de Juan Diego, queriendo significar con esto, que también quería
estampar en nuestras almas y en nuestros pobres corazones, tan frágiles y
débiles como la tilma de Juan Diego, una imagen viva y celestial suya, la
imagen de la Virgen de Guadalupe, de modo que quedase impresa para siempre,
para siempre, sellada en nuestras almas y en nuestros corazones, con más fuerza
con la que la imagen de la Virgen de Guadalupe quedó impresa milagrosamente en
la tilma de Juan Diego, así la Virgen quiere dejar, en nuestras pobres almas y
corazones, no una simple imagen suya, sino Ella misma, quiere quedarse a vivir
en nosotros, y no solo Ella, sino Ella y su Hijo Jesús, y no solo Ella y Jesús,
sino también el Padre y el Espíritu Santo, y para eso quiere que dispongamos
nuestros pobres corazones, pobres y míseros, como la tilma de paja de Juan
Diego, quiere que la dispongamos, por medio de la gracia, para que sea digna
morada de Ella, y de la Santísima Trinidad. Y con todo esto que nos quieres
regalar, oh Buen Jesús, Tú, junto con tu Madre amantísima, sin embargo, hay
hijos tuyos que, enceguecidos por el odio de Satanás, se dejan libremente
arrastrar por este odio satánico, y ofenden a Tu Madre y Nuestra Madre, que
solo quiere nuestro bien en la tierra y en la eternidad, y por eso nosotros,
delante de ti, nos ofrecemos como víctimas de la Divina Justicia y de la Divina
Misericordia, y te ofrecemos a Ti mismo, en la Eucaristía, y ofrecemos el
Inmaculado Corazón de María, en reparación por los inauditos y horrorosos ultrajes
cometidos contra la Santísima Virgen María en su advocación bendita de Nuestra
Señora de Guadalupe en la infame página de la red social de Facebook, y nos
humillamos ante tu Presencia sacramental, y pedimos perdón por ellos, por
nosotros, por nuestros seres queridos, y por el mundo entero. Amén.
Hora Santa en reparación y desagravio por los ultrajes cometidos contra Nuestra Señora de Gudalupe en Facebook
(Parte 2)
Silencio para meditar.
La
Virgen de Guadalupe imprimió en la tilma de Juan Diego una imagen que, más que
una imagen milagrosa, es una serie de milagros reunidos en una imagen; esta imagen
no está pintada ni aplicada sobre la tilma, sino que se encuentra flotando
sobre la misma, de modo absolutamente inexplicable a toda ley científica conocida
o por conocer; los colores no pertenecen a la tierra; en los ojos de la Virgen
se encuentran retratadas las personas del señor Obispo, de Juan Diego y otros
más que se encontraban en el momento; además, muestran, increíblemente, una
reacción pupilar viva ante la luz, tal como si fueran los ojos de una persona
viviente; todos estos increíbles hechos, no pueden ser explicados por la
ciencia, ya que están originados en el cielo y están hechos ex profeso en el cielo y dados aquí en
la tierra, para que nosotros, peregrinos en la tierra, tengamos constancia
permanente de que el cielo no solo existe, sino que está pendiente de nuestros
pasos y de nuestros ruegos. La imagen milagrosa de la Virgen de Guadalupe,
impresa en tilma de Juan Diego, es un testimonio permanente no solo de la
existencia del cielo, sino del Amor maternal de la Virgen María, Amor que es
una continuación y prolongación del Amor de Dios, porque la Virgen nada ama
sino en Dios, por Dios y para Dios. Entonces, al contemplar la imagen milagrosa
de la Virgen de Guadalupe, impresa en la tilma de Juan Diego, debemos
trascender la impresionante colección de milagros que se encuentran en la
imagen, para concentrarnos y meditar en el Amor eterno e infinito de Dios,
porque ése es el mensaje primero y último que la Virgen nos quiere transmitir
con sus apariciones en Guadalupe y con la impresión milagrosa de su imagen:
Dios nos ama con un Amor eterno, infinito, incomprensible, inabarcable; un Amor
el cual no nos alcanzará la eternidad para abarcarlo y comprenderlo; un Amor
que nos deleitará por siglos sin fin; un Amor del cual la imagen de la tilma es
solo un pequeñísimo aviso, un destello, una chispa, una luz, que nos está
diciendo que nos espera en la eternidad. ¡Oh Santísima Virgen de Guadalupe,
Madre Nuestra, Emperatriz de América! ¡Perdona a tus hijos que te ofenden, no
saben lo que hacen, y perdónanos también a nosotros, que no sabemos transmitir
y comunicar el Amor de Dios a nuestros hermanos! En reparación por los ultrajes
cometidos contra Ti y contra tu Hijo Jesús, ofrecemos la Divina Eucaristía y el
Inmaculado Corazón de María a Dios, Nuestro Padre. Amén.
Silencio para meditar.
La Virgen de Guadalupe se apareció en un momento en el que
la idolatría del paganismo dominaba las mentes y los corazones de numerosos
pueblos de la Antigüedad de América. El paganismo, de origen satánico,
propiciaba el odio entre los pueblos hermanos y la guerra como instrumento de
dominación de los pueblos más débiles y como medio para conseguir víctimas para
ofrecer en sacrificio a los demonios. Los pueblos aztecas, dominados por el
paganismo, ofrecían sacrificios humanos y hacían la guerra de modo sistemático
y metódico, para someter a las naciones vecinas y así conseguir víctimas
humanas y poder ofrecerlas en sacrificios rituales y sangrientos a los
demonios. Este tipo de sacrificios rituales satánicos, en los que se ofrecían
víctimas humanas, se detuvo con la conquista española, la cual tuvo la ayuda
del cielo, de modo concreto, la aparición de la Virgen de Guadalupe, porque
luego de su aparición milagrosa, la conquista y la evangelización se facilitó
enormemente y así los pueblos indígenas, antiguamente sometidos a estos
inhumanos y diabólicos ritos, fueron liberados. También hoy, en nuestro siglo
veintiuno, continúan existiendo numerosas esclavitudes satánicas, de todo tipo,
y también, es necesaria, aun con mayor urgencia, la intervención de las fuerzas
del cielo, con la Santísima Virgen de Guadalupe a la cabeza, para liberar a las
pobres almas humanas, presas y cautivas de todo tipo de esclavitudes, el nuevo
neo-paganismo –drogas, avaricia, materialismo, sensualidad, ateísmo-, esclavitudes
de las cuales es imposible que puedan salir, si no es con la ayuda celestial. Y
sin embargo, en un misterio imposible de comprender, muchas de estas almas,
presas por las más horrendas de las esclavitudes, no dudan en ofender,
blasfemar, insultar, denigrar y dirigir toda clase de insultos a Aquella a
quien el cielo ha enviado para liberarlos de quien los tiene aprisionados con
las cadenas de los vicios y de los pecados más nefandos, Satanás. ¡Oh Santísima
Virgen de Guadalupe, intercede ante tu Hijo Jesús, por aquellos de tus hijos
que, enceguecidos por las densas tinieblas de la necedad, te ofenden, a Ti y tu
Hijo Jesús, e implora el perdón para ellos, porque no saben lo que hacen! ¡Pide
para ellos, y también para nosotros y para nuestros seres queridos, la gracia
de la contrición perfecta del corazón, de modo que arrepentidos de nuestros
pecados, podamos todos entrar en el Reino eterno de los cielos y alegrarnos por
la visión del Cordero de Dios, tu Hijo Jesús! Amén.
Silencio para meditar.
La Virgen de Guadalupe
aparece con la luna bajo sus pies, con su manto todo cubierto de estrellas, con
los rayos de sol recubriéndola, y con un ángel a sus pies, que sostiene los
pliegues de su manto. Con esto, la imagen nos indica que la Virgen es “la Mujer
revestida de sol, con la luna bajo sus pies” de la cual habla el libro del
Apocalipsis: “Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol,
con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza”
(12, 1); la Virgen es también la Mujer de la que habla el Génesis, la que
aplasta la cabeza de la Serpiente Antigua (cfr. Gn 3, 15); es la Mujer que, al pie de la Cruz (Jn 19, 25-30), al mismo tiempo que acompaña a su Hijo, que es Dios
Hijo, en su agonía, recibe el encargo de ser la Madre de la humanidad, cuando
Jesús le dice: “Mujer, he ahí a tu hijo” (Jn
19, 27); María es la Mujer que, recibiendo las “alas de águila”, pone a salvo a
su Hijo del intento homicida del Dragón que quiere ahogar en su vómito a su
Hijo recién nacido, volando al desierto y poniéndolo a salvo (cfr. Ap 12, 14); en fin, la imagen de la
Virgen de Guadalupe nos muestra que a la Virgen le ha sido participado el poder
omnipotente de Dios, poder por el cual Satanás y el Infierno todo, tiemblan
ante el solo Nombre de la Purísima Virgen María y tanto es así, que su delicado
piececillo de doncella, representa para el Demonio y para el Infierno todo, un
peso imposible de tolerar, de modo que ante la sola mención del Nombre de
María, el Infierno todo tiembla de espanto y aúlla de terror y es el motivo por
el cual el Demonio es atado con un frágil lazo formado por una cuerda y por
cuentas de madera, pero que para la Serpiente Antigua representa el peso, la
potencia, el poder y la fuerza del puño cerrado de la mano de Dios. ¡Oh Virgen
Santísima de Guadalupe, Mujer revestida de sol, a quien te ha sido dado el ser
la Reina de todo lo creado, de lo visible y de lo invisible, te suplicamos, que
toques, con tus manos maternales, los corazones endurecidos de los hijos tuyos
que te ofenden, y que por el poder de la gracia de tu Hijo Jesucristo, los
conviertas en fervientes y amorosos hijos de Dios, que cesen ya de ofenderte y
comiencen la vida de la gracia, que habrá de conducirlos a la eterna felicidad!
Amén.
Silencio para meditar.
Meditación final
Jesús Eucaristía,
debemos ya retirarnos, le pedimos a la Virgen de Guadalupe, Emperatriz de
América, que nos cubra con su manto virginal a nosotros, a nuestros seres
queridos, y a toda la humanidad, para que libres de todo mal, perseveremos en
la vida de la gracia, y al final de nuestras vidas, seamos conducidos a tu
Presencia y, por tu infinita Misericordia, seamos introducidos en tu Reino
celestial. Amén.
Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te
amo. Te pido perdón, por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman”
(tres veces).
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, yo os adoro profundamente, y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad, de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los
sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e
indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los
infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón, y los del Inmaculado Corazón de
María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.
Canto final: “Nuestra Señora de Guadalupe”.
Gracias por esta hora santa!!
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