martes, 11 de abril de 2023

Hora Santa en reparación por presentación sacrílega de ofrendas de pan y vino en envases plásticos descartables 110423

 



Inicio: ofrecemos esta Hora Santa y el rezo del Santo Rosario meditado en reparación por la gravísima ofensa, blasfemia y sacrilegio que supone la “venta” de hostias y vino en envases plásticos, como si se tratara de un producto de supermercado. Para mayores datos acerca de este lamentable hecho, consultar el siguiente enlace:

https://www.amazon.com/-/es/celebraci%C3%B3n-hostias-vasos-prellenados-unidades/dp/B001GOLW0Q

Canto de entrada: “Cantemos al Amor de los amores”.

Inicio del rezo del Santo Rosario. Primer Misterio (misterios a elección).

Meditación.

Una sola Santa Misa, escuchada con devoción, con piedad y con amor, nos obtiene méritos infinitos para el Cielo, muchos más que cualquier otra obra buena que seamos capaces de hacer. Dice así San Bernardo: “Uno obtiene más mérito asistiendo a una Santa Misa con devoción, que repartiendo todo lo suyo a los pobres y viajando por todo el mundo en peregrinación”[1].

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Segundo Misterio.

Meditación.

Que la Santa Misa nos proporcione gracias infinitas, no puede ser de otra manera, siendo el mismo Hombre-Dios quien se ofrece con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad por la salvación de mi alma. El Santo Cura de Ars decía: “El martirio no es nada en comparación con la Santa Misa, porque el martirio es el sacrificio del hombre a Dios, mientras que la Misa es ¡el sacrificio de Dios por el hombre!”.

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Tercer Misterio.

Meditación.

Deberíamos preferir mucho más la Santa Misa sobre cualquier diversión, la cual si bien es necesaria y debe ser sana y santa, nos hace sin embargo perder tiempo y no nos trae ninguna ganancia a nuestras almas. San Luis IX, Rey de Francia, asistía a Misa todos los días y algunos días, dos o tres veces. Un ministro del gobierno se quejó, sugiriéndole que debería dedicar ese tiempo a las cosas del reino. El santo rey le hizo notar: “Si me gasto el doble de ese tiempo en diversiones como la cacería, nadie pondría ninguna objeción”.

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Cuarto Misterio.

Meditación.

Como afirma un autor, “seamos generosos y hagamos sacrificios voluntarios a fin de no perder tan gran beneficio. San Agustín decía a los fieles: “Todos los pasos que uno da para ir a oír una Santa Misa, son contados por un Ángel y así cada uno recibirá de Dios una incomparable recompensa en esta vida y en la eternidad”. El Cura de Ars agrega: “¡Qué feliz es ese Ángel de la Guarda que acompaña al alma cuando va a Misa!”.

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Quinto Misterio.

Meditación.

Una vez que uno se da cuenta del valor infinito de la Santa Misa, no se sorprende del ardor de los Santos y del cuidado que ponían en oírla. San Pío de Pietrelcina dijo a un penitente: “Si los hombres comprendiesen el valor de la Santa Misa, sería necesario que hubiera guardias en todas las Misas para mantener en orden a la multitud en las iglesias”.

Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).

“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.

Canto final: “Plegaria a Nuestra Señora de los Ángeles”.

Un Padrenuestro, tres Avemarías y un Gloria, pidiendo por las intenciones del Santo Padre Francisco.

 



[1] Cfr. Stefano María Manelli, Jesús, Amor Eucarístico, Ediciones del Alcázar, Buenos Aires 2005 32.

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