Inicio: ofrecemos esta
Hora Santa y el rezo del Santo Rosario meditado en honor al Sagrado Corazón de Jesús
y en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias, con los cuales
Él mismo es continuamente ofendido en su Presencia Eucarística.
Canto
inicial: “Sagrado Corazón, Eterna Alianza”.
Oración
inicial: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón, por
los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los
sagrarios del mundo, en reparación por los continuos ultrajes, sacrilegios e
indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los
infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de
María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.
Inicio
del rezo del Santo Rosario meditado (misterios a elegir).
Primer Misterio del Santo Rosario.
Meditación.
Oh
Jesús, que por el Amor de Dios, el Espíritu Santo, fuiste llevado desde el seno
del Eterno Padre, en donde inhabitabas desde siempre, para encarnarte en el
seno de la Virgen Madre; Tú eres Dios eterno y te hiciste hombre en el seno de María
Santísima, para nuestra salvación, adquiriendo un Cuerpo para ofrendarlo en la
cruz; Tu Corazón empezó a latir siendo Tú un embrión humano, en el tiempo
gestacional en el que todo corazón humano comienza a latir, aunque tu Amor
Eterno de Dios, con el cual habrías también de amarnos, latía en el seno de la
Trinidad desde siempre; te pedimos por todos los niños en gestación, por los
que nacerán y por los que no lo harán, porque serán abortados; te suplicamos
por sus almas, pero sobre todo, te suplicamos por la conversión de quienes se
dedican al horrible crimen del aborto, para que puedan conocerte y amarte a
tiempo y así salvar sus almas.
Silencio
para meditar.
Padre
Nuestro, Diez Ave Marías, Gloria.
Segundo
Misterio del Santo Rosario.
Meditación.
Oh Sagrado Corazón de Jesús, que siendo Dios, pasaste por
todas las etapas del crecimiento humano, hasta alcanzar la edad perfecta, edad
en la que subiste a la cruz para ofrendar tu Cuerpo Sacratísimo y derramar tu
Preciosísima Sangre en expiación de nuestros pecados, para concedernos el
perdón divino y conducirnos al cielo; Tú, que siendo Niño, a los doce años, te
quedaste en el templo para “atender los asuntos de tu Padre” (cfr. Lc 2, 49), mostrándonos así las riquezas
inagotables de tu Sagrado Corazón, que amaba a Dios y sólo a Dios desde la primera
infancia; te pedimos por todos los niños y jóvenes del mundo, para que sean
dóciles a las inspiraciones del Espíritu Santo y conviertan, por la gracia, a
sus corazones en otros tantos altares en donde Te adoren a Ti y sólo a Ti, oh
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, Rey de todos los hombres.
Silencio
para meditar.
Padre
Nuestro, Diez Ave Marías, Gloria.
Tercer
Misterio del Santo Rosario.
Meditación.
Oh Sagrado Corazón de Jesús, que comenzaste tu predicación
pública realizando un milagro portentoso, la conversión de agua en vino en las
Bodas de Caná, y quisiste hacerlo por intercesión de tu Santísima Madre,
mostrándonos el Amor de tu Sagrado Corazón, al compadecerte de los esposos, que
se habían quedado sin vino; te pedimos por todos los novios y esposos del
mundo, para que comprendan que el sacramento del matrimonio no es un mero signo
vacío, sino la prolongación y participación en el misterio de tus divinos y
castos esponsales con tu Esposa, la Iglesia, y sepan así ser testigos en el
mundo de este amor esponsal tuyo, amor que es casto, puro, celestial, fuente de
santificación y de salvación, para los esposos, para la familia y para el mundo
entero.
Silencio
para meditar.
Padre
Nuestro, Diez Ave Marías, Gloria.
Cuarto
Misterio del Santo Rosario.
Meditación.
Oh Sagrado Corazón de Jesús, que en el Huerto de Getsemaní
sufriste de manera incomprensible e inimaginable, porque cargaste sobre Ti la
inmensidad de la malicia de nuestros corazones, lugar del que brotan todo tipo
de pecados; oh Sagrado Corazón de Jesús, que en el Huerto de los Olivos
sufriste hasta la agonía de muerte, sudando Sangre a causa de los terribles
pecados y la malicia de todos los hombres de todos los tiempos; oh Sagrado
Corazón de Jesús, que sufriste en el Huerto de los Olivos de una manera misteriosa,
que no podemos abarcar ni entender con nuestro pobre razonamiento, porque
sufriste en tu Humanidad Santísima las muertes y los dolores de todos los
hombres, para así destruir a la muerte y darnos la Vida eterna; oh Sagrado
Corazón de Jesús, que al sufrir en el Huerto de los Olivos, pediste a tus
discípulos que te acompañaran en la oración, pero ellos, llevados por el
desamor y la indiferencia te dejaron solo; en nuestros días, continúas sufriendo este destrato en tu Presencia
Eucarística, porque los hombres prefieren atender sus asuntos, antes que adorarte
en la Eucaristía; te pedimos, oh Buen Jesús, que nos concedas a todos la luz
del Espíritu Santo, para comprender que sufriste en la Pasión por nuestra
salvación y que somos nosotros los que necesitamos de Ti y no Tú de nosotros;
concédenos la gracia de amarte y de adorarte en tu Presencia Eucarística, y el
deseo intenso de ser partícipes de tus sufrimientos, para así convertirnos,
para nuestros hermanos, en corredentores junto a Ti.
Silencio
para meditar.
Padre
Nuestro, Diez Ave Marías, Gloria.
Quinto
Misterio del Santo Rosario.
Meditación.
Oh Sagrado Corazón de Jesús, que sufriste la Pasión y la
Muerte en Cruz para nuestra salvación; cuando estuviste suspendido en la cruz,
tu único consuelo fue la Presencia de tu Madre, María Santísima, que nunca te
abandonó, porque estuvo siempre de pie, al lado de la cruz; oh Sagrado Corazón
de Jesús, que ardes de Amor Puro y Santo y todo este Amor, que nos lo quieres
comunicar sin medida, brotó de tu Corazón traspasado junto con el Agua y la
Sangre; oh Sagrado Corazón de Jesús, que estás circundado de espinas, porque
las espinas son la materialización de nuestros pecados, con los cuales los
hombres te ofendemos y ultrajamos diariamente, por medio de nuestras
indiferencias y desprecios hacia tu Presencia Eucarística; te pedimos, por
intercesión de María Santísima, que hagas que tu Madre nos acompañe todos los
días y nos ayude a llevar nuestra cruz, en tu seguimiento por el camino del
Calvario y concédenos, también por su intercesión, un ardiente amor por la
Eucaristía, que eres Tú mismo, oh Sagrado Corazón de Jesús, oculto en
apariencia de pan, para que sólo vivamos por Ti y para Ti, y reparemos, con
nuestras obras de misericordia y con nuestra adoración, por nuestros pecados y
los del mundo entero.
Silencio para meditar.
Padre Nuestro, Diez Ave Marías, Gloria.
Oración final: "Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón, por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman" (tres veces).
Canción final: "Plegaria a Nuestra Señora de los ángeles".
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