Inicio: Entramos en el Oratorio, hacemos silencio
ante la Presencia de Jesús Eucaristía. Ofrecemos esta Hora Santa en acción de
gracias por el pontificado de Su Santidad Benedicto XVI, al tiempo que
suplicamos al Espíritu Santo que ilumine a los cardenales para que elijan un
nuevo Papa según el corazón de Dios Padre. Ofrecemos esta Hora Santa pidiendo
también por toda la Iglesia y por todos los bautizados, para que sepamos dar
testimonio del Amor de Cristo con las obras de misericordia corporales y
espirituales.
Oración inicial: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te
amo. Te pido perdón, por los que no creen, ni esperan, ni Te adoran, ni Te aman”
(tres veces).
Canto de entrada:
“Sagrado Corazón eterna alianza”.
Meditación
Jesús, Sumo Pastor, Tú
que llamaste a Pedro a seguirte, y lo sacaste de su profesión de pescador para
convertirlo en pescador de hombres, haz que guiados por Tu Espíritu, y unidos
al nuevo Santo Padre, trabajemos en Tu Barca, la Iglesia, por la salvación de
las almas.
Meditación en
silencio.
Jesús, Pastor de las almas, que diste tu vida en la Cruz por
nuestra salvación, Tú que ordenaste a Pedro que “navegara mar adentro” y le
concediste el milagro de la pesca abundante, concédenos un Papa santo que, guiado por
Ti, eche las redes de la fe en el mar del mundo, para que cada vez más hombres
entren en la Barca de Pedro, la Iglesia, sin la cual no hay salvación.
Meditación en
silencio.
Jesús, Eterno y Sumo Sacerdote, que prometiste a Pedro que “las
puertas del infierno no prevalecerían” contra tu Iglesia, Te suplicamos que con
el nuevo Santo Padre, elegido en el próximo cónclave, sepamos dar respuesta,
como Iglesia, a los Nuevos Movimientos Religiosos que, plenos de neo-paganismo,
de gnosticismo y de ateísmo, buscan introducirse entre los bautizados para
alejarlos de la Verdad Suprema que eres Tú.
Meditación en
silencio.
Jesús, Sumo Pontífice, que entraste en el santuario del
templo con tu Cuerpo resucitado, Tú que llevaste contigo a Pedro, futuro Papa,
junto a Santiago y a Juan, al Monte Tabor, y te transfiguraste delante de ellos
para que viéndote como Dios no desfallecieran en la Gran Tribulación de la
Cruz, te pedimos que nos concedas un Vicario tuyo según tu Corazón, para que iluminado
por el Espíritu, nos señale siempre el Camino Real de la Cruz, el único camino
que conduce al cielo.
Meditación en
silencio.
Jesús, Pastor Eterno, Tú que elegiste a Pedro como Vicario
tuyo en la tierra, de manera que viendo al Papa te vemos a Ti, danos un Pontífice
santo que sea ejemplo de fe en Tu Presencia Real en la Eucaristía.
Meditación en
silencio.
Jesús, Supremo
Sacerdote de la Nueva y Eterna Alianza, Tú que concediste a Pedro la gracia de
ser, junto a Juan, los primeros sacerdotes en contemplar el sepulcro vacío, mudo
testigo de tu Resurrección, Te suplicamos por el nuevo Santo Padre, y por todos
los obispos y sacerdotes de la Iglesia, para que testimonien con sus vidas que
esta vida terrena se termina y que al final de la misma nos esperas Tú en la
vida eterna, para juzgarnos según nuestras obras.
Meditación en
silencio.
Jesús, Sumo y Eterno Pastor, que guías al rebaño de tus
ovejas con el cayado de la Cruz, Tú que una vez resucitado, encomendaste a
Pedro la tarea de apacentar tus ovejas, concédenos un nuevo Sumo Pontífice que
nos guíe hacia la Jerusalén celestial por los senderos seguros de la fe de la
Iglesia en Ti, Hombre-Dios.
Meditación en
silencio.
Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te
amo. Te pido perdón, por los que no creen, ni esperan, ni Te adoran, ni Te aman”
(tres veces).
Canto de salida: “El trece de mayo”.
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