viernes, 24 de marzo de 2023

Hora Santa en reparación por video blasfemo de Madonna en el que parodia la Última Cena 010223

 



Inicio: ofrecemos esta Hora Santa y el rezo del Santo Rosario meditado en reparación por la blasfemia y sacrílega parodia de la Última Cena del Señor, realizada por la “artista” Ciccone (alias “Madonna”). Para mayores detalles acerca de este infame sacrilegio, consultar el siguiente enlace:

https://www.youtube.com/watch?v=IRO2hCS0Qvg

Canto de entrada: “Cantemos al Amor de los amores”.

Inicio del rezo del Santo Rosario. Primer Misterio (misterios a elección).

Meditación.

Pensando en la Eucaristía durante un sermón, San Juan Crisóstomo preguntó en una prédica: “¿Cómo podemos hacer de nuestros cuerpos una Hostia?”. Y él mismo dijo: “No permitan que sus ojos vean cosas malas y habrán ofrecido un sacrificio; no permitan que sus lenguas ofrezcan palabras inadecuadas y habrán hecho una ofrenda; no permitan que sus manos cometan pecado y habrán ofrecido un holocausto”[1].

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Segundo Misterio.

Meditación.

Pensemos en los ojos de Santa Coletta -siempre bajos y recogidos en dulce modestia-, ¿por qué? Una vez ella dio una respuesta: “Mis ojos los he llenado con Jesús, sobre quien los he fijado a la hora de la Elevación de la Hostia durante la Misa y no deseo reemplazarlo con ninguna otra imagen”.

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Tercer Misterio.

Meditación.

Pensemos en la edificación y reserva de los Santos al hablar, usando con exactitud la lengua que ha sido consagrada por el contacto con el Cuerpo de Jesús. Recuerden las buenas obras que las almas, llenas de amor por la Eucaristía, han realizado, porque Jesús comunicó sus propios sentimientos de amor a todos los hombres, especialmente a los más necesitados.

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Cuarto Misterio.

Meditación.

Tenía razón justamente San Francisco de Sales cuando exhortaba a cada alma a refugiarse todo lo posible en la Eucaristía, porque “a fuerza de adorar y comer la Belleza, la bondad y la pureza en persona, en este Divino Sacramento, se hará completamente bella, buena y pura”. ¿No podemos también nosotros ejercitar así nuestra voluntad? Aprendamos de los santos y pongamos manos a la obra.

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Quinto Misterio.

Meditación.

Solamente en el cielo, con nuestras mentes glorificadas por la gloria divina y hechas partícipes de la Divina Sabiduría, comprenderemos la divina maravilla que es la Santa Misa. En esta vida, solo podemos balbucear, como lo hace un niño que está aprendiendo a hablar, acerca de esta obra divina que supera infinitamente la obra de la Creación. Un día se le preguntó al Padre Pío de Pietrelcina: “Padre, por favor explíquenos la Santa Misa”. “Hijos míos, -replicó el Padre Pío-, ¿cómo puedo yo explicaros? La Misa es infinita como Jesús… pregúntenle a un Ángel lo que es la Misa y Él les contestará en verdad: “Yo entiendo lo que es y por qué se ofrece, mas sin embargo, no puedo entender cuánto valor tiene”. Un ángel, mil ángeles, todo el Cielo, saben esto y piensan así”.

 Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).

“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.

Canto final: “Un día al cielo iré, y la contemplaré”.

Un Padrenuestro, tres Avemarías y un Gloria, pidiendo por las intenciones del Santo Padre Francisco.



[1] Cfr. Stefano María Manelli, Jesús, Amor Eucarístico, Ediciones del Alcázar, Buenos Aires 2005, 22.

No hay comentarios:

Publicar un comentario