viernes, 31 de marzo de 2023

Hora Santa en reparación por sacrílega “misa maya” que incorpora invocaciones a demonios México 250223

 



Inicio: ofrecemos esta Hora Santa y el rezo del Santo Rosario meditado en reparación por la sacrílega “misa maya”, en la que se introducen oraciones, ritos y sacerdotes paganos y demoníacos.

Canto de entrada: “Cristianos, venid, cristianos, llegad”.

Inicio del rezo del Santo Rosario. Primer Misterio (misterios a elección).

Meditación.

En relación a la Santa Misa, el Papa Pío XII manifestó el siguiente pensamiento: “El altar del Gólgota no tiene nada diferente del altar de nuestras iglesias: éste es también un monte coronado por la Cruz y por el crucifijo, donde se realiza la reconciliación de Dios con el hombre”. Y Santo Tomás de Aquino escribió: “La celebración de la Misa vale tanto como la muerte de Jesús en la Cruz”. Y la muerte de Jesús en la Cruz, tiene un valor infinito y eterno; por lo tanto, la Santa Misa tiene un valor infinito y eterno.

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Segundo Misterio.

Meditación.

San Francisco de Asís dijo: “El hombre debería temblar, el mundo debería vibrar, el Cielo entero debería conmoverse profundamente cuando el Hijo de Dios aparece sobre el altar en las manos del sacerdote”. Los ángeles del Cielo no salen de su estupor y de su alegría, al ver en la Santa Misa descender, al Rey de los cielos, para quedarse en Persona en la Santa Eucaristía, en la Santa Misa.

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Tercer Misterio.

Meditación.

Por el hecho de que renueva incruenta y sacramentalmente, el Sacrificio Santo de la Pasión y Muerte de Jesús, la Santa Misa es, por sí sola, suficiente para detener la Justa Ira de Dios, desencadenada por nuestros pecados. Santa Teresa de Jesús les decía a sus religiosas: “¿Qué sería de nosotros, sin la Santa Misa? Todos aquí abajo pereceríamos, ya que únicamente eso puede detener el brazo de Dios. Sin ella, la Iglesia no duraría y el mundo estaría perdido sin remedio”.

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Cuarto Misterio.

Meditación.

Y el Padre Pío de Pietralcina, decía: “Sería más fácil que el mundo sobreviviera sin el sol, que sin la Santa Misa”. San Leonardo de Puerto Mauricio, a su vez, decía: “Yo creo que, si no existiera la Santa Misa, el mundo ya se hubiera hundido en el abismo, por el peso de su iniquidad. La Misa es el soporte poderoso que lo sostiene”.

Un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria.

Quinto Misterio.

Meditación.

Los efectos saludables que la Santa Misa produce en el alma de quien participa de ella -en gracia, con fe, con amor y con devoción-, son admirables: nos obtiene el arrepentimiento y el perdón de los pecados (de los pecados veniales, no de los mortales, porque para el perdón de los pecados mortales, debemos acudir al Sacramento de la Confesión); disminuye la pena temporal merecida por ellos; debilita la influencia de Satanás y los impulsos indomables de la carne, refuerza los lazos de nuestra unión con el Cuerpo de Cristo; nos protege del peligro y los desastres; reduce el castigo del Purgatorio; nos obtiene un grado mayor de gloria en el Cielo[1].

Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).

“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.

Canto final: “Un día al cielo iré, y la contemplaré”.

Un Padrenuestro, tres Avemarías y un Gloria, pidiendo por las intenciones del Santo Padre Francisco.

 

 



[1] Cfr. Stefano María Manelli, Jesús, Amor Eucarístico, Ediciones del Alcázar, Buenos Aires 2005, 29.

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