El Sagrado Corazón se nos representa, en la imagen, rodeado de espinas, envuelto en llamas, con la cruz en su base y con la herida abierta. Las espinas representan nuestros pecados consentidos, que hieren y lastiman al Sagrado Corazón a cada latido; las llamas, representan al Espíritu Santo, el Amor de Dios que inhabita en Él, y que se comunica por la Sangre que se derrama por la herida abierta por la lanza. Unámonos a la adoración que le tributan los ángeles, rodeando al Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, Presente en el sagrario, con nuestro amor, nuestra adoración, nuestra acción de gracias y nuestras alabanzas, y hagamos el firme propósito de evitar las ocasiones de caer, para no herirlo más con nuestros pecados.
Dice Jesús Eucaristía: "Y ustedes, almas queridas, ¿por qué están frías e indiferentes a Mi amor? Sé que tienen que atender las necesidades de su familia, de su casa y del mundo que los solicita sin cesar. Pero, ¿no tendrán un momento para venir a darme prueba de su amor y de su gratitud? No se dejen llevar de tantas preocupaciones inútiles y reserven un momento para venir a visitar al Prisionero del amor".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario