viernes, 16 de octubre de 2015

Hora Santa y rezo del Santo Rosario meditado pidiendo por las familias


         Inicio: ofrecemos esta Hora Santa y el rezo del Santo Rosario meditado pidiendo por las familias del mundo entero.
         Canto inicial: “Cristianos, venid; cristianos llegad”.
         Oración inicial: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón, por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).
         “Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.
         Inicio del rezo del Santo Rosario meditado (misterios a elección).
         Primer Misterio del Santo Rosario.
         Meditación.
Jesús, Tú, que siendo Dios, provenías de una familia, la Familia de la Santísima Trinidad, la comunidad de Personas divinas del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, unidas en el Amor Divino; al encarnarte para salvar al mundo con tu sacrificio de la cruz, quisiste hacerlo en el seno de una familia, la Sagrada Familia de Nazareth, para continuar viviendo en la tierra lo que vivías en el cielo, una comunidad de personas unidas en el amor. Te pedimos, oh Buen Jesús, por las familias del mundo entero, para que la Eucaristía sea el centro de la vida de cada familia, para que padres y madres, junto a sus hijos, alimentados por el amor y la santidad que brotan de tu Sagrado Corazón Eucarístico, sean familias santas que santifiquen a otras familias, a la sociedad y al mundo entero.
Silencio para meditar.
Padre Nuestro, diez Ave Marías, Gloria.
Segundo Misterio del Santo Rosario.
Meditación.
Jesús, Tú que creciste al abrigo de la Sagrada Familia de Nazareth, encontrando en ella el amor de la Virgen, tu Madre, y de San José, tu padre adoptivo, te pedimos por las familias que viven en la desunión y en el desamor, para que los padres, imitando a María y a José, que te amaban con todo el amor de sus corazones, superen sus diferencias por el diálogo, el perdón cristiano, la mutua comprensión y comprendan que sus hijos son el tesoro más preciado que les ha dado Dios; te pedimos también por los hijos, para que, a imitación tuya, que amabas a tus padres hasta el punto de dar la vida por ellos en la cruz, sean capaces de honrar a sus padres por medio del amor filial y que sea este amor el que les haga comprender que sus padres son los representantes del Divino Amor en la tierra y que amándolos a ellos, aún con sus limitaciones y defectos, aman a Dios Trino, a quien representan; te pedimos por todos los hijos para que, a imitación tuya y movidos por tu Amor, amen a sus padres hasta el extremo de dar sus vidas por ellos, en el martirio cotidiano de la negación de sí mismos y el servicio a los demás.
Silencio para meditar.
Padre Nuestro, diez Ave Marías, Gloria.
Tercer Misterio del Santo Rosario.
Meditación.
Jesús, en la Sagrada Familia de Nazareth, todo era santo, porque todos sus miembros eran santos: la Mamá de esta familia, la Virgen, era santa porque era Pura y Llena de gracia, siendo así modelo de santidad para todas las madres del mundo; el Papá de esta familia, San José, era santo, porque siendo tu padre adoptivo, vivía en la castidad y en la pureza el matrimonio meramente legal con la Virgen, convirtiéndose en modelo de castidad para los esposos y en modelo de padre amoroso para todos los padres que deseen educar a sus hijos en la obediencia y en el amor; el Hijo de esta familia, Tú, oh Jesús, eras santo, porque eras la santidad en sí misma, eras el Dios Tres veces Santo, fuente de toda santidad, que en todo momento demostrabas la santidad de tu amor por tus padres mediante la obediencia, el cariño y el respeto con que los tratabas, y así eres el modelo insuperable para todo hijo, que para salvar su alma debe cumplir a la perfección el Mandamiento Cuarto de la Ley Divina, que manda amar y honrar a los padres. Jesús, te pedimos por todas las familias del mundo, para que sus integrantes, imitando a los integrantes de la Sagrada Familia de Nazareth, vivan en la pureza y la castidad y deseen y busquen, siempre y en todas partes, la santidad de todos y cada uno de los integrantes de la familia.
Silencio para meditar.
Padre Nuestro, diez Ave Marías, Gloria.
Cuarto Misterio del Santo Rosario.
Meditación.
Jesús, en la Sagrada Familia de Nazareth, Tú eras su centro de vida y amor y su razón de ser y existir, porque Tú eras el Hijo de Dios encarnado, que había venido al mundo para salvarlo, pero quisiste crecer en el seno de una familia hasta que se cumpliera el tiempo establecido por Dios para comenzar tu obra de redención. En la Sagrada Familia de Nazareth, todo giraba en torno a Ti, oh Hijo de Dios Encarnado, y Tú eras para tus padres la única fuente de su amor, de su alegría, de su gozo; Tú eras para ellos el centro de todos sus afanes y ocupaciones y nada de lo que deseaban y querían, era otra cosa que no fueras Tú y sólo Tú, y si algo querían y deseaban que no fueras Tú, era sólo para dártelo a Ti, como a su Dueño y Señor. Te pedimos, oh Jesús, Hijo de María y José, por todas las familias del mundo, para que Tú seas también para ellas su centro de vida y amor; para que seas Tú, Salvador del mundo, el Sol resplandeciente de gracia y de luz, alrededor del cual giren los miembros de la familia, así como los planetas giran alrededor del sol; te pedimos por todas las familias, para que les concedas la gracia de que seas Tú su único Amor y que su preocupación sea darte contento y reparación por las familias que no te conocen, ni te adoran, ni te aman.
Silencio para meditar.
Padre Nuestro, diez Ave Marías, Gloria.
Quinto Misterio del Santo Rosario.
Meditación.
Jesús, Tú que creciste en el seno de la Familia de Nazareth “en gracia y sabiduría” y desde Niño encontraste paz, amor, protección y alegría en la comunión de vida con tus padres, mientras te preparabas para luego, al ser adulto, subir a la cruz y salvar al mundo, te pedimos por todos los niños del mundo, sobre todo los abandonados, los huérfanos, los olvidados, los que han perdido a sus padres por la guerra, la enfermedad, o por otras causas; te pedimos por los niños que están solos y tristes porque no tienen un padre y una madre que los consuele; te pedimos por los niños que no son deseados desde el seno materno y por ello sufren el aborto; te pedimos también especialmente por los niños de las familias cristianas, que tienen que huir de sus hogares a causa de su fe en Ti; te pedimos, oh Hijo bendito de la Sagrada Familia de Nazareth, por todos los niños que sufren, por el motivo que sea, para que Tú, los asocies a tu Santa Cruz y a tu Pasión, para que unidos a Ti en la cruz, sean fortalecidos con tu fortaleza divina, reciban tu Alegría en medio de las tribulaciones y el dolor y así se conviertan, en Ti, en corredentores de la humanidad. Te suplicamos, oh Buen Jesús, Hijo de José y María, para que concedas a los niños que sufren, el consuelo de tu Presencia y el cariño maternal de María Santísima, en esta vida y en el Reino de los cielos. Amén.
Un Padre Nuestro, tres Ave Marías y Gloria, pidiendo por los santos Padres Benedicto y Francisco, por las Almas del Purgatorio y para ganar las indulgencias del Santo Rosario.
Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón, por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).
         “Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.
Canto final: “Plegaria a Nuestra Señora de los Ángeles”.


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