viernes, 8 de marzo de 2013

Hora Santa en acción de gracias por Su Santidad Benedicto XVI y pidiendo por el nuevo Santo Padre



         Inicio: Entramos en el Oratorio, hacemos silencio ante la Presencia de Jesús Eucaristía. Ofrecemos esta Hora Santa en acción de gracias por el pontificado de Su Santidad Benedicto XVI, al tiempo que suplicamos al Espíritu Santo que ilumine a los cardenales para que elijan un nuevo Papa según el corazón de Dios Padre. Ofrecemos esta Hora Santa pidiendo también por toda la Iglesia y por todos los bautizados, para que sepamos dar testimonio del Amor de Cristo con las obras de misericordia corporales y espirituales.

         Oración inicial: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón, por los que no creen, ni esperan, ni Te adoran, ni Te aman” (tres veces).

         Canto de entrada: “Sagrado Corazón eterna alianza”.

         Meditación

         Jesús, Sumo Pastor, Tú que llamaste a Pedro a seguirte, y lo sacaste de su profesión de pescador para convertirlo en pescador de hombres, haz que guiados por Tu Espíritu, y unidos al nuevo Santo Padre, trabajemos en Tu Barca, la Iglesia, por la salvación de las almas.

         Meditación en silencio.

         Jesús, Pastor de las almas, que diste tu vida en la Cruz por nuestra salvación, Tú que ordenaste a Pedro que “navegara mar adentro” y le concediste el milagro de la pesca abundante, concédenos un Papa santo que, guiado por Ti, eche las redes de la fe en el mar del mundo, para que cada vez más hombres entren en la Barca de Pedro, la Iglesia, sin la cual no hay salvación.

         Meditación en silencio.

         Jesús, Eterno y Sumo Sacerdote, que prometiste a Pedro que “las puertas del infierno no prevalecerían” contra tu Iglesia, Te suplicamos que con el nuevo Santo Padre, elegido en el próximo cónclave, sepamos dar respuesta, como Iglesia, a los Nuevos Movimientos Religiosos que, plenos de neo-paganismo, de gnosticismo y de ateísmo, buscan introducirse entre los bautizados para alejarlos de la Verdad Suprema que eres Tú.

         Meditación en silencio.

         Jesús, Sumo Pontífice, que entraste en el santuario del templo con tu Cuerpo resucitado, Tú que llevaste contigo a Pedro, futuro Papa, junto a Santiago y a Juan, al Monte Tabor, y te transfiguraste delante de ellos para que viéndote como Dios no desfallecieran en la Gran Tribulación de la Cruz, te pedimos que nos concedas un Vicario tuyo según tu Corazón, para que iluminado por el Espíritu, nos señale siempre el Camino Real de la Cruz, el único camino que conduce al cielo.

         Meditación en silencio.

         Jesús, Pastor Eterno, Tú que elegiste a Pedro como Vicario tuyo en la tierra, de manera que viendo al Papa te vemos a Ti, danos un Pontífice santo que sea ejemplo de fe en Tu Presencia Real en la Eucaristía.

         Meditación en silencio.

         Jesús, Supremo Sacerdote de la Nueva y Eterna Alianza, Tú que concediste a Pedro la gracia de ser, junto a Juan, los primeros sacerdotes en contemplar el sepulcro vacío, mudo testigo de tu Resurrección, Te suplicamos por el nuevo Santo Padre, y por todos los obispos y sacerdotes de la Iglesia, para que testimonien con sus vidas que esta vida terrena se termina y que al final de la misma nos esperas Tú en la vida eterna, para juzgarnos según nuestras obras.  

         Meditación en silencio.

         Jesús, Sumo y Eterno Pastor, que guías al rebaño de tus ovejas con el cayado de la Cruz, Tú que una vez resucitado, encomendaste a Pedro la tarea de apacentar tus ovejas, concédenos un nuevo Sumo Pontífice que nos guíe hacia la Jerusalén celestial por los senderos seguros de la fe de la Iglesia en Ti, Hombre-Dios.

         Meditación en silencio.

         Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón, por los que no creen, ni esperan, ni Te adoran, ni Te aman” (tres veces).

         Canto de salida: “El trece de mayo”.

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