viernes, 21 de septiembre de 2018

Hora Santa en reparación por retiro del Crucifijo en la legislatura de Salta 110918



Inicio: ofrecemos esta Hora Santa y el rezo del Santo Rosario meditado en reparación por el agravio cometido contra el Santo Crucifijo en la Legislatura de la provincia de Salta, en Argentina, el pasado 08 de Septiembre de 2018. El agravio consistió en que el Santo Crucifijo fue retirado de la Legislatura a pedido de un periodista que iba a presentar su libro en ese recinto[1]. La información relativa al lamentable hecho se encuentra en los siguientes enlaces:


         Canto inicial: “Alabado sea el Santísimo Sacramento del altar”.

         Oración inicial: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).

         “Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.

         Inicio del rezo del Santo Rosario meditado (misterios a elección).

         Primer Misterio del Santo Rosario

         Meditación

Para el cristiano, la gloria de Dios reside en la Santa Cruz de Jesús. Por esta razón, la Iglesia exulta de júbilo en la Cruz: “¡Oh Cruz gloriosa y digna de admiración y de veneración! Debemos gloriarnos en la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo”[2]. Y también dice así: “Mientras se eleva en alto el madero triunfal, la Santa Iglesia festeja un día glorioso”[3]. Es decir, mientras para el mundo la Cruz es “locura y necedad”, para la Iglesia Católica es motivo de júbilo, de gozo, de alegría sobrenaturales. La razón de la contradicción es que la Iglesia, Esposa del Cordero e iluminada por el Espíritu Santo, ve en la Cruz algo que el mundo no ve: el que cuelga del madero no es un hombre más entre tantos, sino el Hombre-Dios, el Cordero de Dios. Y al ser elevado en la Cruz, cumple los dos objetivos para los cuales el Padre lo envió al mundo: con la Sangre de sus heridas abiertas lava nuestros pecados y por medio del Agua y la Sangre que brotan de su Corazón traspasado, nos envía al Santificador de nuestras almas, el Espíritu Santo. Ése es el motivo por el cual la Iglesia exalta de júbilo y de alegría sobrenaturales al ser elevada la Santa Cruz de Jesús.

Un Padre Nuestro, Diez Ave Marías, Un Gloria.

Segundo Misterio del Santo Rosario

Meditación

         Si bien para nosotros, los cristianos, la relación entre la Cruz y la Gloria de Dios es algo “natural”, debemos recordar siempre que la relación no es natural, sino sobrenatural[4]. Si nos dejáramos guiar por lo natural, por lo que nos dice nuestra razón natural, de ningún modo podemos establecer una relación entre la Cruz y la Gloria de Dios. Por el contrario, ante los ojos de la razón natural, la Cruz se nos presenta como lo más alejado de la gloria, sea divina que humana. En efecto, a los ojos de la razón natural, la Cruz se presenta como el signo más elocuente de la humillación, del dolor, de la muerte, de la infamia. Quien cuelga de la Cruz se vuelve maldito a los ojos de los hombres, porque lo ha perdido todo, material y humanamente hablando y de tal manera lo pierde todo, que pierde hasta la vida, porque el que está en la Cruz, termina por morir. Pero cuando contemplamos la Cruz no con nuestros ojos, sino con los ojos de Dios, la situación cambia y ahí sí la Cruz tiene una relación directa con la Gloria de Dios, porque el que cuelga de la Cruz es Dios Hijo y en cuanto Dios, Él tiene el poder para convertir el dolor en dicha, la derrota en triunfo y la humillación en gloria. Contemplada con la luz de la fe y con los ojos de Dios, hay una relación estrechísima entre la Cruz y la Gloria de Dios, porque el Crucificado es la Gloria Divina Increada que, encarnada, se deja crucificar para salvar nuestras almas.

Un Padre Nuestro, Diez Ave Marías, Un Gloria.

Tercer Misterio del Santo Rosario

Meditación

         Para el hombre natural, para el hombre sin fe, la Cruz era el símbolo de la suprema ignominia y de la completa destrucción y fracaso[5]. La peor maldición era ser crucificado. Quien era crucificado, lo era por haber sido juzgado y condenado por criminal, cuyos delitos eran tan atroces, que debía ser borrado su nombre y también su existencia en medio del mayor oprobio y vergüenza, en medio de los tormentos más atroces. Ahora bien, nosotros, los cristianos, doblamos nuestras rodillas ante la Cruz: “Hincamos nuestras rodillas en adoración ante el signo de la Cruz; todos veneran la Cruz; todos los reyes la ensalzan”. Para el cristiano, lejos de ser un instrumento de oprobio, humillación y vergüenza, es signo de gloria divina, de triunfo de Dios, de victoria divina definitiva sobre el Demonio, el Pecado y la Muerte. Es decir, hay un cambio radical de perspectiva entre la visión mundana de la Cruz y la contemplación cristiana de la misma. Pero no se trata de un simple cambio de pensamiento: se trata de una verdadera iluminación, pero que no proviene del hombre, sino del seno mismo de Dios. Sólo la iluminación del Espíritu Santo nos permite contemplar la realidad última de la Cruz, la de ser el estandarte ensangrentado, victorioso, de Dios Hijo, que desde la Cruz derrota al Infierno, vence a la Muerte, quita los Pecados de los hombres y dona el Espíritu Santo por medio del Agua y la Sangre que brotan de su Corazón traspasado.

Un Padre Nuestro, Diez Ave Marías, Un Gloria.

Cuarto Misterio del Santo Rosario

Meditación

         El espíritu mundano, que por definición no tiene al Espíritu de Dios, porque se contrapone radicalmente al mismo, no puede comprender la Cruz y ve en ella el fracaso de Dios. Pero esta visión mundana es completamente errónea, porque no se corresponde en absoluto con la realidad de la Cruz. Lejos de ser “el fracaso de Dios”, la Cruz es la victoria más completa y absoluta de Dios. En ella, el Demonio es derrotado para siempre, porque en el mismo momento en el que cree haber triunfado, dando muerte al Hijo de Dios, puesto que el Hijo de Dios es Eterno e Inmortal, el Demonio fracasa rotundamente en su intento de borrar de la faz de la tierra y del corazón de los hombres el dulce nombre de Jesús y así queda vencido para siempre. En la Cruz, la Muerte es derrotada, porque Jesús mata a la Muerte con su propia muerte, porque si bien muere humanamente, su Divinidad, que permanece unida a su Cuerpo y a su Alma, los reúne nuevamente al tercer día y así Jesús, al tiempo que resucita victorioso, vence a la Muerte, dándole muerte con su muerte y a nosotros nos da su Vida eterna. En la Cruz, Jesús quita el Pecado de las almas, porque los lava y los borra para siempre con la Sangre que brota de sus heridas abiertas y a cambio de dejarnos nuestras almas inmaculadas, nos colma luego con el Santo Espíritu de Dios. La Cruz de Jesús no es lo que dice el mundo, el fracaso de Dios, sino lo que dice la Iglesia: es el triunfo más completo y absoluto de Dios sobre el Demonio, la Muerte y el Pecado.

Un Padre Nuestro, Diez Ave Marías, Un Gloria.

Quinto Misterio del Santo Rosario

Meditación

         Si el que cuelga del madero es el Dios Tres veces Santo, entonces: ¡Glorificada sea la Santa Cruz! ¡Gloria a la Cruz! Para la Iglesia Católica la gloria no viene después de la Cruz, sino que está en la Cruz, por esta razón, porque el Crucificado es el Kyrios, el Señor de la gloria y ésa es la razón por la cual la Santa Cruz es el motivo de la gloria del cristiano: “En cuanto a mí, no quiera Dios que me gloríe sino en la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo” (Gál 6, 14). Para el cristiano, no hay mayor honor –inmerecido- ni mayor gracia –inmerecida- que estar crucificado, porque eso significa compartir el Trono de gloria del Señor Jesús; estar crucificado significa participar de la Gloria de Dios Hijo encarnado, que es la Gloria de la Trinidad. El cristiano que busque la gloria mundana en vez de la Cruz, está apostatando de la Verdad, está renunciando a la gloria divina para rebajarse a recibir la gloria mundana, que nada vale a los ojos de Dios. Si alguien quiere verdaderamente ser grande, entonces que se suba a la Cruz de Jesús y se quede con Él crucificado. ¡Oh Virgen Santísima, Nuestra Señora de los Dolores, tú que participaste de la Santa Cruz de Jesús, intercede por nosotros para que nunca cometamos la necedad de preferir la gloria del mundo a la gloria de la Santa Cruz! ¡Glorificada sea la Santa Cruz de Jesús, ahora y por siempre, por los siglos sin fin!

         Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).

         “Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.

Canto final: “Un día al cielo iré y la contemplaré”.



[1] “La visita de Horacio Verbitsky a Salta para presentar su último libro no pasó inadvertido. Y es que, el escenario elegido, el Palacio Legislativo salteño, fue acondicionado de tal modo que generó el repudio por parte de fieles católicos, que se sintieron ofendidos. La presentación incluía una charla del ex jefe de Inteligencia del grupo guerrillero Montoneros con el investigador y escritor Diego Sztulwark que se llevó a cabo en el recinto donde sesiona la Cámara baja local y estaba organizada por la Cooperativa Coyuyo y la Mesa de Comunicación Popular de Salta y Jujuy. Durante el encuentro, Horacio Verbitsky, quien fue imputado por ser el autor intelectual del atentado al cuartel de la Policía Federal en el que murieron 23 personas y fue sobreseído durante el kirchnerismo, utilizó el sillón de la presidencia de la Cámara de Diputados. Además, para llevar a cabo la actividad fue descolgado el crucifijo que está emplazado en el edificio, lo que generó la reacción de católicos que se sintieron desairados. Tras la actividad, el crucifijo fue repuesto en su lugar”; cfr. https://www.infobae.com/politica/2018/09/08/quitan-un-crucifijo-de-la-legislatura-saltena-para-que-horacio-verbitsky-presente-su-libro/

[2] De los Responsorios IV y V de Maitines de las Fiestas de la Cruz; cfr. Odo Casel, Misterio de la Cruz, Ediciones del Guadarrama, Madrid2 1964, 254.
[3] Primer Responsorio de Maitines de las fiestas de la Cruz.
[4] Cfr. Casel, o. c., 254.
[5] Cfr. Casel, o. c., 255.

No hay comentarios:

Publicar un comentario