En la noche de los tiempos
la luz divina
llega a los hombres,
revestida de Niño,
a través del Portal de la Eternidad,
María de Belén.
Adoremos a Dios Hijo hecho Niño,
adoremos al Padre que nos lo envió,
adoremos al Espíritu de Amor;
gloria eterna al
Dios Uno y Trino
que nos dona su Amor.
Glorifiquemos y adoremos
a la Trinidad
porque
la noche de Belén
se ilumina
con el esplendor
del Niño Dios.
P.
Álvaro Sánchez Rueda
Navidad de 2014
Navidad de 2014
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