Inicio: ofrecemos esta Hora Santa y rezo
del Santo Rosario meditado pidiendo por los cristianos perseguidos en todo el
mundo, especialmente por los que sufren la persecución más cruenta. Por medio
de esta Adoración Eucarística nos unimos, a través del Inmaculado Corazón de
María, a quien ofrecemos esta Hora Santa, a nuestros hermanos cristianos
perseguidos, principalmente aquellos que están sufriendo las persecuciones más
cruentas, como los cristianos de Mosul, Irak, quienes por haber sido
desplazados de sus hogares, no pudieron celebrar una milenaria fiesta, la
fiesta de Santa Shmuni. Nos solidarizamos con ellos, que han sido desplazados
de sus hogares, y a quienes les han incendiados sus hogares, y les han
decapitado sus niños y vendido como esclavas sus niñas y quemado sus iglesias[1],
para decirles, a través del Inmaculado Corazón de María, que estamos al lado de
ellos. Ofrecemos también esta Hora Santa y rezo del Santo Rosario pidiendo la
conversión por quienes cometen estos crímenes contra la humanidad y por
quienes, pudiendo intervenir para solucionar el conflicto, no lo hacen.
Canto
inicial: “Sagrado
Corazón, eterna alianza”.
Oración
inicial: dirigimos
a Cristo Dios las oraciones que el Ángel de Portugal enseñara a los Pastorcitos
en Fátima: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón, por
los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad, de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los
sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e
indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los
infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de
María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.
Enunciación
del Primer Misterio del Santo Rosario (misterios a elegir)
Meditación
Jesús,
hoy los cristianos están siendo perseguidos en varios países del mundo, pero
esa persecución es solo una continuación de la persecución iniciada por el
Dragón infernal contra Ti en la tierra, porque el Dragón quiere exterminar tu
estirpe, la estirpe de los hijos de Dios, que es la estirpe de los hijos de
María. La persecución a los cristianos estaba ya anunciada al principio de los
tiempos, en el Génesis, cuando Dios le dijo a la Serpiente Antigua: “Pondré
enemistad entre ti y la Mujer” (Gn 3,
15). Al perseguir a los cristianos, lo que pretende el Dragón infernal, es
perseguirte a Ti y darte muerte a Ti, pero eso jamás habrá de lograrlo, porque
Tú lo venciste en la cruz, y tu Madre, con el poder con el que el Tú le
participaste, le aplastará la cabeza al fin de los tiempos, con lo que la
derrota de la Serpiente Antigua está ya anticipada y decretada desde el inicio
de los tiempos: “Tú le acecharás el calcañal, pero Ella te aplastará la cabeza”
(Gn 3, 15). Por eso es que, aunque la
persecución a los cristianos arrecie en nuestros tiempos, eso solo es señal de
que a la Serpiente Antigua le queda poco tiempo y de que se acerca el fin de
sus días en la tierra, porque Tú y tu Madre, encadenarán a la Serpiente y la
arrojarán al Lago de fuego, de donde no habrá nunca más de salir para hacer
daño a los hijos de Dios. Mientras tanto, a nosotros, nos toca seguir al
Cordero donde quiera que vaya, y donde quiera que esté: en el altar
eucarístico, en el sagrario, en la Santa Misa, y adorarlo con todas las fuerzas
de nuestro ser, de nuestro corazón, de nuestra alma, de nuestro amor, pidiendo
la fortaleza para nuestros hermanos perseguidos para
que encuentren, como la encontramos nosotros, en la oración, la protección de
María Santísima y del Cordero de Dios. Amén.
Adoración por los cristianos que sufren persecución
14 de Noviembre de 2014
Silencio
para meditar.
Padre
Nuestro, Diez Ave Marías, Gloria.
Enunciación
del Segundo Misterio del Santo Rosario (misterios a elegir)
Meditación
Jesús,
en nuestros días, los cristianos son perseguidos, hostigados, encerrados,
condenados a muerte, apedreados, expulsados de sus casas, obligados a emigrar, flagelados,
quemados vivos, decapitados. En esta persecución, oh Jesús, la causa no es la
mera pasión humana, sino el odio satánico del Ángel caído, que ve en los
cristianos el sello indeleble de la cruz, sellado en el bautismo, y como ve en
ellos tu imagen, busca destruirlos porque en ellos te ve a Ti, oh Cordero de
Dios, y por eso busca destruirlos, para destruirte a Ti. El Ángel caído
persigue con odio satánico a los cristianos, así como te persiguió a Ti, apenas
se enteró de tu Nacimiento, para asesinarlos, de la misma manera a como
pretendió asesinarte por medio de Herodes, obligando a tu Madre, María
Santísima y a San José, tu Padre adoptivo, a huir precipitadamente luego de que
el Ángel del Señor les advirtiera a través del sueño que Herodes “quería
matarte” (cfr. Mt 2, 13). Hoy
también, los modernos Herodes, los perseguidores del cristianismo, buscan borrar de la faz de la tierra, por medio
de la violencia, todo vestigio de cristianismo, arrasando al suelo y
convirtiendo en cenizas las casas de los cristianos y obligando a la conversión
forzada a otras religiones y pasando al degüello a quien no quiera convertirse.
Hoy, como ayer en la Matanza de los Inocentes, se repiten los degüellos y las
matanzas de cristianos, por el solo hecho de ser cristianos; hoy se repiten las
decapitaciones de cristianos; hoy se queman vivos a los cristianos, por el solo
hecho de llevar en sus almas el sello indeleble del bautismo sacramental; hoy
se persigue a muerte a los cristianos, por el solo hecho de confesar el
Sacrosanto Nombre del Hombre-Dios Jesucristo, pero hoy también, como ayer, la
sangre de los mártires, es la semilla de nuevos cristianos, y hoy también como
ayer, en los lugares martirizados, en donde se derrama la sangre de los
corderos inocentes, los cristianos muertos a causa del odio a la fe en Cristo,
nacen cada vez más hijos de Dios, porque la sangre de los cristianos muertos por
Cristo, grita al cielo: “¡Jesucristo es Dios y está vivo, glorioso y resucitado
en el cielo, en la cruz y en la Eucaristía, y viene pronto en su Segunda
Venida, en la gloria, en la Parusía!”. Amén.
Padre
Nuestro, Diez Ave Marías, Gloria.
Silencio
para meditar.
Enunciación
del Tercer Misterio del Santo Rosario (misterios a elegir)
Meditación
Jesús,
la persecución del Dragón se verifica de diversas maneras, cruentas e
incruentas, y todas han sido descriptas en las Escrituras. En el Apocalipsis se
lee: “El Dragón persiguió a la mujer y a su Hijo y acechó a la Mujer y vomitó
un río para ahogar a su Hijo” (cfr. Ap 12,
1-17). El río con el que el Dragón intenta ahogar al Hijo de la Mujer es el río
de las blasfemias, de la apostasía, de la negación de la divinidad de
Jesucristo, del odio a Jesucristo y a su cruz, del odio a la vida en cuanto
creación de Dios, del odio al hombre en cuanto imagen de Dios, del odio de todo
lo bueno, lo verdadero, lo bello, y de todo cuanto pueda remitir a Dios, por
eso la persecución a los cristianos no es solo la persecución cruenta, sino
también es la persecución incruenta, la persecución que se da de forma solapada,
es la persecución que pretende desterrar la idea de Dios de la mente del
hombre, el amor de Dios del corazón del hombre, las obras de Dios de las manos
del hombre, para hacer desesperar al hombre, de modo que al final de sus días,
el hombre se encuentre vacío de Dios y se desespere. La persecución cruenta y
la persecución incruenta, desencadenadas por el Dragón y por la Bestia, la
Masonería y el Comunismo, provocan la tribulación en las almas de los
cristianos, pero quienes se aferran a la Cruz de Cristo y se cubren con el
manto de la Virgen, se ven a salvo de las insidias y de las asechanzas
perversas del Dragón y de la Bestia; los que se abrazan a la Cruz y se cubren
con el manto de la Virgen son aquellos de los que habla el Apocalipsis: “Estos
son los que vienen de la Gran Tribulación y han lavado sus vestiduras en la
Sangre del Cordero y siguen al Cordero donde quiera que vaya” (Ap 14, 4). Al abrazarse a la cruz, son
bañados por la Sangre del Cordero, que escurre y baja por el Cuerpo de Jesús
que de la cruz cuelga, y así sus pecados son lavados por la Sangre Preciosísima
de Jesús, y lo siguen adonde va el Cordero, y como el Cordero va, del Calvario
al Sepulcro, y del Sepulcro a la gloria del cielo, así los que sufren la Gran
Tribulación de la persecución, al abrazarse a la cruz de Jesús, sufren la
muerte de cruz, son sepultados con Jesús y luego resucitan con Él y con Él y
por Él son glorificados. También nosotros queremos compartir su suerte, aunque
no pedimos el martirio, pero sí nos abrazamos a la cruz y adoramos a Jesús en
la Eucaristía, y pedimos compartir la tribulación de la cruz para, algún día,
compartir la gloria de la resurrección. Amén.
Padre
Nuestro, Diez Ave Marías, Gloria.
Silencio
para meditar.
Enunciación
del Cuarto Misterio del Santo Rosario (misterios a elegir)
Meditación
Jesús,
los que son perseguidos por causa de tu Nombre, a los ojos del mundo, no valen
nada, porque lo han perdido todo, puesto que deben abandonar todo: patria,
hogar, tierra, posesiones, bienes, casas, familia; deben huir, en la mayoría de
los casos, con lo que tienen puesto; muchos no tienen con qué alimentarse y
padecen penurias inenarrables en el viaje; padecen las inclemencias del tiempo
y se ven acosados por bandas de asaltantes. La inmensa mayoría de los que
huyen, no regresan nunca a sus hogares, porque muchos mueren en el camino a
causa del hambre, de las enfermedades, de la tristeza, de las penurias que
deben soportar. A los ojos del mundo, los cristianos que huyen de sus
perseguidores y asesinos, son parias y condenados a muerte, y sus vidas valen
poco menos que el polvo del desierto que los acoge en su huida. Sin embargo, a
los ojos de Dios, sus almas valen más que el oro más precioso, porque se hacen
merecedores de la más preciosa de las Bienaventuranzas, la Bienaventuranza que
los convierte en herederos del Reino de los cielos: “Bienaventurados seréis
cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra
vosotros por mi causa (…) porque de vosotros es el Reino de los cielos” (cfr. Mt 5, 11). Los cristianos perseguidos,
que sufren injusticia por el nombre de Jesucristo, se hacen merecedores del
Reino de Dios: “Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los Cielos”. Finalmente, los perseguidos por
causa del Sacrosanto Nombre de Cristo, pasan hambre y sed de alimentos
materiales, pero al mismo tiempo, crece en ellos el amor por el verdadero
alimento, el alimento del alma, el Maná bajado del cielo, la Eucaristía, y es
así que, mientras sus cuerpos desfallecen por la inanición y por la sed, sus
almas, secretamente, son alimentadas y fortalecidas por el Espíritu Santo, con
el Pan de Vida eterna y con el Vino de la Alianza Nueva y Eterna, la Sangre del
Cordero de Dios, como anticipo del Banquete celestial que habrán de gozar en el
Reino de los cielos por la eternidad.
Silencio
para meditar.
Padre
Nuestro, Diez Ave Marías, Gloria.
Enunciación
del Quinto Misterio del Santo Rosario (misterios a elegir)
Meditación
Jesús,
Tú, junto con María Santísima, tu Madre, han experimentado, desde tu
Encarnación en el seno Purísimo de la Virgen, el acoso y la persecución del
mal, por lo que saben qué es lo que significa huir, de ciudad de ciudad, tal
como lo hacen los cristianos perseguidos, en nuestros días. En el mismo
instante de tu Concepción y Encarnación milagrosas, experimentaste el acoso y
persecución del mal, porque comenzaste a sufrir por la redención de los
hombres; una vez nacido, y siendo un pequeño bebé, el Ángel alertó en sueños, a
San José, tu padre adoptivo, para que huyeran a Egipto, pues “Herodes te quería
matar”; luego, siendo ya adulto, y predicando públicamente el Evangelio de la
salvación, tus enemigos tramaron en secreto el plan para asesinarte, por medio
de un juicio inicuo, lleno de falsedades y de testigos mentirosos y falsos. Finalmente,
la persecución de tus enemigos dio su fruto, pues consiguieron lo que se
proponían, que era quitarte la vida por medio del deicidio de la cruz. Por esto
mismo, oh Jesús, ni Tú ni tu Madre, son ajenos a las persecuciones de los
cristianos, porque esas persecuciones son solo una prolongación y una participación
de la persecución realizada a Ti, persecución pergeñada, ideada y elaborada, en
última instancia, por el Príncipe de las tinieblas, que está ya vencido de antemano por Ti, oh Cristo
Vencedor, que en la Cruz lo has vencido de una vez y para siempre. Y puesto que
nuestra lucha no es “contra la carne, sino contra los principados y potestades
de los aires”, pedimos por la conversión y la salvación eterna de nuestros
hermanos que, circunstancialmente, persiguen a nuestros hermanos cristianos,
para que reciban la gracia de la contrición del corazón y así conozcan a
Jesucristo, el Hombre-Dios y conociéndolo lo amen y amándolo salven sus almas
y, junto con todos los cristianos, lo adoren en el Reino de los cielos por toda
la eternidad. Amén.
Meditación
final
Jesús, debemos ya retirarnos, pero
dejamos nuestros corazones en las manos de la Virgen, Nuestra Señora de la
Eucaristía, para que Ella los estreche contra su Inmaculado Corazón y les
transmita todo el calor de su amor, para que día y noche nuestros pobres y
fríos corazones reciban el ardor del Amor de tu Sagrado Corazón Eucarístico.
Amén.
Oración
final: dirigimos
a Cristo Dios las oraciones que el Ángel de Portugal enseñara a los Pastorcitos
en Fátima: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón, por
los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad, de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los
sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e
indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los
infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y los del Inmaculado Corazón de
María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.
Canto
final:
“El Trece de Mayo en Cova de Iría”.
[1] https://www.aciprensa.com/noticias/video-arzobispo-iraqui-llora-por-primera-vez-en-1500-anos-no-pueden-celebrar-a-su-santa-65326/
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