lunes, 21 de mayo de 2012

Hora Santa para Adoradores en honor a la Virgen María




         Querido Jesús Eucaristía, venimos a adorarte en tu Presencia sacramental, y a darte infinitas gracias porque te has quedado en la Hostia consagrada para ser nuestro consuelo y nuestra esperanza en este “valle de lágrimas”.
         Santa Teresa de Ávila decía que esta vida es una “mala noche en una mala posada”, pero tu Presencia Eucarística es como la Estrella radiante de la aurora, que anuncia el fin de la noche y el comienzo del día. Tú en la Eucaristía nos recuerdas nuestro destino final, que no es la noche de nuestra vida terrena, sino el día sin ocaso de la eternidad feliz en la Casa del Padre.
         Venimos a adorarte, a honrarte, a bendecirte, a alabarte y a darte gracias por tanto amor demostrado por cada uno de nosotros, en toda tu vida, en tu Pasión, y en el misterio de la Eucaristía.
         Querido Jesús Eucaristía, de modo especial queremos ofrecerte el homenaje de nuestra humilde adoración, recordando con gozo y alegría a tu Madre, María Santísima, que también está en esta hora de adoración, porque donde está el Hijo, ahí está la Madre, y así como María estuvo a tu lado toda tu vida terrena, sobre todo en los dolorosos momentos de tu agonía en la Cruz, así también está Ella ante Ti, en tu Presencia Eucarística, adorándote junto a legiones innumerables de ángeles. En esta adoración eucarística queremos adorarte y al mismo tiempo venerar y honrar a tu Santa Madre, María Santísima, Madre nuestra por tu gran amor.

         Oración de inicio: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).

         Meditaciones:

Querido Jesús Eucaristía, cuya encarnación fue anunciada por el Arcángel Gabriel a María Santísima, convirtiéndola luego de su “Sí” en Madre de Dios, te pedimos que nuestros ángeles custodios nos recuerden permanentemente el glorioso día en que María dio su “Fiat” a la Voluntad divina, y así como Ella te recibió en su seno inmaculado, así también nosotros, santificados por la gracia del sacramento de la Confesión, te recibamos por la Comunión eucarística con un corazón puro.
         Querido Jesús Eucaristía, apenas nacido fuiste llevado en brazos por tu Madre, María Santísima, al templo de Dios, y allí los santos Simeón y Ana, llenos del Espíritu Santo, se alegraron sobremanera al reconocer en Ti, pequeño niño recién nacido, al Hijo de Dios; haz que la Virgen María  nos presente ante Ti, para que iluminados por el Espíritu Santo, te reconozcamos como Dios Hijo, y así nuestra vida se llene de alegría, aun en medio de las tribulaciones y pruebas.
         Querido Jesús Eucaristía, que cuando tenías doce años, te quedaste en el templo, asombrando con tu sabiduría infinita a los maestros y doctores de la Ley, siendo finalmente encontrado por María Santísima, haz que tu Madre lleve de la mano a tantos y tantos hermanos nuestros que te han perdido, y no saben dónde estás, para que te encuentren en el templo, en el sagrario, en la Eucaristía, desde donde concedes gracias infinitas a quienes acuden a Ti.
         Querido Jesús Eucaristía, que cuando eras adolescente, fuiste cuidado y educado con amor sin igual por María Santísima, quien te preparó de esta manera para tu sacrificio en Cruz por amor a nosotros, haz que tu Madre nos instruya acerca del misterio eucarístico, misterio por el cual prolongas tu Pasión de amor por los hombres.
         Querido Jesús Eucaristía, cuando subías por el Calvario, con la Cruz a cuestas, y cuando eras crucificado y quedabas en agonía por tres horas hasta morir la dolorosísima muerte de Cruz, te suplicamos que sea también tu Madre la que nos acompañe en el via crucis de la vida, en todo momento, para que al momento de partir, nuestra alma sea recibida por Ti en el cielo.
         Querido Jesús Eucaristía, que luego de resucitar fuiste al encuentro de tu amadísima Madre, a quien diste el privilegio de ser la primera en verte resucitado, te pedimos que, así como Ella se alegró por tu resurrección, así también nosotros nos alegremos ante tu Presencia Eucarística, en donde te encuentras con tu Cuerpo glorioso, resucitado, lleno de la luz, del amor y de la gloria de Dios Uno y Trino.

         Peticiones a Jesús Eucaristía:
        
Por aquellos que niegan la virginidad de María y su condición de Madre de Dios, Jesús Eucaristía, te rogamos, óyenos.
Por los padres y adultos que no enseñan a los niños que María Santísima es Inmaculada y Llena del Espíritu Santo, Jesús Eucaristía, te rogamos, óyenos.
Por las almas que blasfeman contra la Maternidad divina de María, rehusando aceptarla como Madre de los hombres, Jesús Eucaristía, te rogamos, óyenos.
Por aquellos que infunden en los corazones de los niños la indiferencia y el desprecio hacia María Santísima, Jesús Eucaristía, te rogamos, óyenos.
Por aquellos que blasfeman y ultrajan las sagradas imágenes, Jesús Eucaristía, te rogamos, óyenos.

Oración de despedida: Querido Jesús Eucaristía, debemos ya retirarnos a nuestras ocupaciones diarias, pero dejamos nuestros corazones a los pies del sagrario, para que María Santísima los una al coro de ángeles y santos que te adoran por la eternidad.

Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).